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Monday, November 14, 2005

 

El Conflicto

PSICOLOGIA del CONFLICTO

El conflicto es un fenómeno que se da entre personas, las que tienen diferentes creencias, motivaciones, valores constituyendo visiones de mundo propias, con distintas miradas de la realidad, ellas actuan en consecuencia con sus percepciones y responden emocionalmente de acuerdo a lo que perciben. Las personas desarrollan actitudes y comportamientos propios hacia los demás, desempeñan roles diferentes en sus vidas, toman decisiones cotidianamente, buscan defender sus puntos de vista y para ello pueden asumir distintas posiciones de poder, en este proceso se valen de sus habilidades comunicacionales y de su capacidad para persuadir y negociar. El presente material busca adentrarse y servir como orientación y ayuda a quienes desean profundizar en la génesis, comprensión y resolución de conflictos en la esfera humana; se revisan conceptos claves y esenciales que ayudan a la comprensión desde un punto de vista psicológico.


El Conflicto

Cuando pensamos en la palabra Conflicto vienen a nuestra mente palabras como opsición, escasez, bloqueo y la suposición de que hay dos o más personas cuyos intereses o metas parecen incompatibles. Los recursos por lo general no son ilimitados y de ahí que surja la oposición y el comportamiento de bloqueo por los mismos. Definimos el conflicto en base a la percepción (conciencia), oposición, la escasez y el bloqueo; sería entonces “el proceso por el cual A hace un esfuerzo intencional para anular los esfuerzosde B mediante alguna clase de bloqueo que hará que B no consiga alcanzar sus metas o lograr sus intereses”

Es preciso que el conflicto sea percibido por las partes. Su existencia o inexistencia es cuestión de percepción, si nadie se percata de él, se acepta generalmente que no hay conflicto.

La perspectiva actual, respecto del conflicto propone no sólo que el conflicto puede ser una fuerza positiva en el seno de un grupo, sino que señala de manera explícita que cierto grado de conflicto es absolutamente necesario para que un grupo trabaje bien; es la postura de la llamada Teoría Interaccionista. Esta, entonces, estimula en los líderes de grupo que mantengan un nivel mínimo de conflicto que permita un grupo autocrítico y creativo. Distingue, eso sí, entre Conflicto Funcional y Conflicto Disfuncional; siendo el primero aquel que mejora el cumplimiento de las metas de un grupo y el segundo aquel que obstaculiza la actividad de aquel.

Apreciar hoy el conflicto desde una perspectiva moderna, aún cuando ésta sea apoyada por la evidencia, no es nada fácil, ya que desde pequeños hemos sido influenciados por el hogar, la Iglesia, la escuela: instituciones que se tradicionalmente se han acercado a una postura tradicional, resaltando valores contrarios al conflicto y recalcando la importancia de llevarse bien con la gente. Así por ejemplo, el hogar tiende a reforzar el patrón de autoridad a través de los padres, quienes saben qué es bueno para los hijos, los cuales deben obedecer; del mismo modo en la escuela son los profesores quienes tienen la autoridad, quienes saben y es el alumno quien debe aprender; en pocas palabras, en general se nos ha enseñado a no disentir. En el caso de la Iglesia el tema es bastante parecido y más aún, aquella pregona la aceptación más que la confrontación.

El proceso de conflicto se da en cuatro etapas: (1) Oposición Potencial; esta primera etapa del proceso de conflicto es la presencia de las condiciones capaces de crear la oportunidad de un conflicto, no necesariamente llevarán a él, pero es indispensable para su aparición. Estas condiciones iniciales dicen relaciones con problemas de comunicación, derivado de malos entendidos y diversas barreras que se pueden hacer presente en la comunicación. También tales condiciones tienen que ver con elementos estructurales tales como compatibilidad de metas, estilos de liderazgo, grados de especialización en las tareas de un grupo, la ambigüedad en los roles, etc y finalmente con , variables personales, que comprenden los sistemas de valores, las diferencias individuales o las variables de personalidad, tales como personalidades muy autoritarias, dogmáticas y que muestran poca estimación. (2) Cognición y Personalización: Si las condiciones de la etapa previa, generan frustración, la posibilidad de oposición se concretiza en la segunda etapa. “A puede saber que B y A tienen un serio desacuerdo… pero quizá ello no le cause tensión ni desacuerdo con B” Hablamos que un conflicto requiere de la percepción del todo o parte de las condiciones previas; y si a ésta sigue la personalización, es decir, el sentimiento de sentirse comprometido emocionalmente, pudiendo sentir ansiedad, tensión, frustración u hostilidad, el conflicto muy probablemente aparecerá. (3) Comportamiento: En esta tercera etapa del conflicto, un miembro realiza acciones que frustran la obtención de metas de otros o van contra los intereses de él; es necesario que la acción sea intencional, es decir un esfuerzo conciente de frustrar al otro. En tales circunstancias el conflicto es patente. Las conductas pueden ser muy sutiles o indirectas como la interferencia, hasta más abiertas y directa como la conducta agresiva, violenta o incontrolada. Ejemplos del primero puede ser un alumno que levanta la mano para rebatir al profesor y del segundo las huelgas, mitines y guerras. En esta tercera etapa surgen también las conductas referentes al manejo del conflicto, que son el método con el cual los afectados lo enfrentan. Usando dos dimensiones, como son Cooperación y Asertividad, según sea el grado en que se procura satisfacer los intereses del otro o los propios. La combinación de ambas entrega las 5 siguientes posibilidades de manejo o control del conflicto: competencia (asertivo y no cooperativo, es decir tiendo a buscar la satisfacción de los propios intereses sin importar los del otro) colaboración (asertivo y cooperativo), evitación (no asertivo y no cooperativo), adecuación (no asertivo y cooperativo) y compromiso (un grado intermedio entre la asertividad y la cooperación). (4) Resultados: Sin duda alguna que los comportamientos ejecutados anteriormente producirán resultados o consecuencias; dichas consecuencias pueden ser funcionales cuando el conflicto ha servido para mejorar el desempeño del grupo, como mejorar la calidad de las decisiones, estimular la creatividad, motivar a los participantes, mejorar el clima, etc; o disfuncionales si ha obstaculizado el mismo, generando descontento incontrolado, destrucción del grupo o de las relaciones, etc.

Los Valores

Los valores representan convicciones básicas de que “un modo específico de conducta o estado final de existencia es preferible, desde el punto de vista personal o social, a un modo contrario o inverso de comportamiento o estado final de existencia “ .

A modo de ejemplo: podemos tener la firme convicción que la “libertad de informar” está por sobre el valor de la “privacidad de las personas”, o tal vez tener el firme convencimiento de que el interés de la comunidad está por sobre los intereses individuales; o que la “identidad cultural” es un valor axial que direcciona todas las decisiones. Puede ser también que usted considere que debe perseguir el “éxito personal” o que sea importante “formar una familia”, o valorar el “esfuerzo” por sobre los logros, la estabilidad laboral por sobre el riesgo, etc. En todos y cada uno de ellos hay valores, es decir convicciones o pensamientos muy arraigados que dan un sentido a su vida (en relación a los resultados que busca o prefiere) y orientan o influyen en sus decisiones ya que vienen a representar para usted una idea de lo que es preferible o una interpretación de lo correcto e incorrecto.

Los valores tienen una vital importancia por su profunda influencia sobre el comportamiento de las personas. Estos se adquieren dentro de una cultura propiamente tal, por ejemplo los valores de nuestra cultura occidental promueven el individualismo, la competetividad, el logro, la educación, la paz, la democracia, etc.; también son adquiridos vivencialmente por las influencias tempranas del hogar, por ejemplo la cooperación, la armonía, la religión; o también adquiridos vivencialmente en la escuela, el compañerismo, la amistad, la responsabilidad, etc. Estos valores son bastante estables y permanentes y nos acompañarán durante gran parte de buestras vidas.

Existen diferentes clasificaciones de los valores; sin embargo nos quedaremos con la de G. Allport y colaboradores quienes presentaron los primeros trabajos de mayor importancia en tal sentido. Identificaron seis tipos de valores:

Teóricos. En ellos se da mucha importancia al descubrimiento de la verdad mediante un enfoque crítico y racional.

Económicos. Ponen de relieve lo útil y lo práctico.

Estéticos. En ellos se atribuye el máximo valor a la forma y la armonía.

Sociales. Conceden el máximo valor al amor entre las personas.

Políticos. Ponen de relieve la adquisición del poder e influencia.

Religiosos. Se ocupan de la unidad de la experiencia y el conocimiento del cosmos como un todo

Resulta interesante observar, que los estudios realizados usando dichas clsificaciones encontraron, por ejemplo que las personas según su ocupación conceden importancia distinta a los seis tipos de valores. Es posible pensar entonces en un maestro de escuela (“Juan”) que probablemente conceda la primera importancia a los valores teóricos, la segunda tal vez a los valores sociales, la tercera en importancia a los valores económicos, en cuarto lugar los políticos, en quinto los estéticos y en sexto los religiosos. Cabe preguntarse cómo será un maestro cuyo resultado en la clasificación de valores lo señale en primer orden los valores políticos, en segundo los teóricos, en tercero los religiosos, etc.

Los valores de la personas sin duda pueden cambiar y un ejemplo claro de ello ocurre en la adolescencia cuando se comienzan a “cuestionar” por parte de los jóvenes siendo ello parte de un proceso natural de formación de identidad personal. Para identificar los valores en una persona, es decir, para conocer su eje valorativo y sus convicciones más profundas que guían sus decisiones, podemos preguntar una y otra vez hasta llegar a una convicción y sentimiento inexplicables, entonces habremos dado con un “valor” como lealtad, confianza, seguridad, etc.:

Para ti: “¿qué es lo importante de…..?”
“¿qué hay de importante para ti en…?”
“¿por qué es importante para ti......…?”
“qué tiene eso de importante para ti..?”
“qué hay de importante para ti en el hecho de…?

Los valores, por ser tan estables y permanentes y por formar parte de la identidad personal, resultan muy difíciles de cambiar; por ejemplo piense si usted renunciaría tan fácilmente al valor de la honestidad, la lealtad, la verdad, la dignidad u otro que “sea parte” de usted. Por lo anterior es más factible reconocer el conjunto de valores en la persona y adecuar nuestra explicación a ellos; así nuestro punto de vista será más fácilmente comprendido y aceptado.

Un conflicto puede tener su raíz en valores diferentes sostenidos por las partes, siendo crucial identificarlos, reconocerlos, respetarlos y apreciarlos (ello permitirá la apertura de la otra parte hacia nosotros), posteriormente deberemos encontrar un “piso común” valórico en las partes desde las cuales sea posible provocar un movimiento en las posturas que permita dialogar o negociar.

Las Emociones

Las emociones son sentimientos (tales como la felicidad, la desesperación o la tristeza) que suelen tener tanto elementos fisiológicos como cognitivos y que influyen sobre el comportamiento. Las emociones básicas que todos conocemos son la ira, el miedo, la alegría, el asco, la tristeza y la sorpresa; ya que ellas nos acompañan desde nuestro nacimiento y están presentes en todas las culturas. Las emociones son un componente muy importante de la motivación de nuestro comportamiento y el comportamiento que surge de las necesidades motivacionales influye a su vez sobre las emociones.

Es interesante hacer notar que el conflicto es uno de los fenómenos que más activa la emoción. Hay pocas investigaciones sobre conflicto y emoción; sin embargo, algunos estudios han encontrado que las personas que experimentaban estados de ánimo positivo tendían a adoptar menos estrategias de confrontación al resolver conflictos y obtenían mejores resultados. También se ha encontrado que los negociadores que se sentían más enfadados expresaban un menor deseo de volver a negociar en el futuro con su oponente. Por otra parte, los individuos que experimentan mayores niveles de emociones negativas durante el proceso de negociación del conflicto tienden a considerar que ejecutaron peor la tarea de negociación; a la inversa, aquellos que informaron haber sentido mayores niveles de emociones positivas tendieron a considerarse más efectivos; en suma, el grado en que la persona se siente satisfecha del proceso en el que ha participado depende, en gran medida, del tipo de emoción percibida en dicha situación.

De lo anteriormente señalado, resulta evidente que ante una situación de conflicto es importante manejar adecuadamente nuestras emociones y ponerlas al servicio de la resolución del conflicto. Esto significa aprendizaje de autocontrol emocional y aprender a expresar los sentimientos, particularmente la ira y la frustración de manera que no sean agresivas o destructivas.
La ira es una emoción que puede estar presente en un conflicto, el manejo de ella determinará si un conflicto se resuelve exitosamente o si se agrava. Es importante advertir que la ira es una emoción secundaria. Tras toda ira hay temor. El desarrollo del temor a la ira significa que se percibe una amenaza, se estimula el temor y se expresa ira. Un primer paso en la expresión responsable de la ira es identificar el temor subyacente. El anterior temor es la causa de la emoción. Comprender la causa del temor da la posibilidad de reducir el temor y permite una comunicación y colaboración más positivas

Reconocer y comprender el rol de las emociones en la resolución de conflictos es esencial, tanto del otro como de uno mismo; las emociones transmiten la información en una disputa, respecto de la importancia de una cuestión para cada uno y será probable encontrar en un conflicto emociones diversas como ira, desconfianza, suspicacia, desprecio, resentimiento, temor y rechazo. Es legítimo explicitar las emociones de manera adecuada y es importante actuar con tolerancia a la expresión emocional de la otra parte, permitiéndole incluso que se “descargue”, ya que ello liberará la presión adecuada que permita trabajar en la solución del conflicto y será generalmente más eficiente para los fines de resolver el conflicto, no reaccionar ante estallidos emocionales de la otra parte. Es en esta misma dirección que podemos hablar de “Inteligencia Emocional” para referirnos a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás, término acuñado por dos psicólogos norteamericanos (Peter Salover y John Mayer) y difundido por el periodista Daniel Goleman en 1995.

Finalmente, señalaremos algunas ideas respecto de la inducción emocional, es decir de qué manera es posible inducir o hacer más proclives estados emocionales en el otro, que permitan desarrollar un clima o entorno positivo y favorable a la negociación o resolución del conflicto. Hay muchas maneras de cómo las personas, muchas veces sin saberlo, se inducen estados emocionales unos a otros; así por ejemplo, cuando durante una conversación uno de ellos comienza a preguntar por mayores precisiones sobre un aspecto señalado por el otro y que tiene connotaciones emocionales. Cada vez que preguntamos inducimos estados, es decir, reconectamos a las personas con vivencias que éstas hayan tenido en el pasado y re-vivirán dichas emociones en un grado menor; al profundizar el foco será posible desarrollar la emoción en cuestión. La actividad imaginativa dirigida, la expresión de frases acerca del sujeto, la estimulación del recuerdo , la manipulación de la expresión facial, el manejo de música en el entorno, el focalizarse sobre películas (films) significativas, los cuentos e historias, el obsequio de presentes o regalos; todos ellos son métodos tradicionales de inducción emocional empleados en algunas investigaciones.

Las Actitudes

Las actitudes son predisposiciones aprendidas para responder de manera favorable o adversa ante un objeto específico. Las personas desarrollan actitudes frente a objetos distintos, así por ejemplo alguien puede tener una actitud positiva o favorable hacia la coca-cola mientras que otro puede tener una actitud negativa frente a esa bebida y favorable hacia la pepsi cola. Desarrollamos actitudes hacia muchos objetos (cosas, personas o situaciones) y en grados diversos (“esto me gusta”, “esto no me gusta”), desde muy intensos, graduales, o casi indiferentes; siendo ilustrativo de ello la mayor simpatía o rechazo que tenemos hacia las distintas personas que conocemos. Las actitudes tienen tres componentes: afectivos, conductuales y cognitivos. El componente afectivo comprende nuestras emociones positivas o negativas acerca de algo –lo que sentimos- mientras que el componente conductual consiste en una predisposición o intención para actuar de modo consistente con nuestra actitud y por último el componente cognitivo abarca las creencias y los pensamientos que tenemos acerca del objeto de nuestra actitud: a modo de ejemplo, la actitud hacia la cantante Madonna consta de una emoción positiva frente a su imagen (componente afectivo), de una intención de comprar sus últimos discos o imitar su vestimenta (componente conductual) y de creer que ella es es ua buena cantante (componente cognitivo).

Para identificar las actitudes en las personas podemos preguntar:

- ¿Qué opinas / piensas / crees de…? (componente cognitivo)
- ¿Qué sientes / te provoca/ ….? (componente afectivo)
- ¿Qué harías, cuál es tu intención respecto de…? (componente conductual)
y para averiguar la intensidad de una actitud…

- ¿En qué grado….? ó ¿En escala de 1 a 7 cuánto dirías…?

Las actitudes se van aprendiendo a lo largo de la vida, de manera dinámica, a través del aprendizaje cognitivo, el condicionamiento, o la imitación, de forma tal que vamos desarrollando mutiplicidad de actitudes frente a objetos distinto. Especial atención merece la publicidad, que conoce muy bien este tema, desarrolla actitudes favorables hacia algunos productos a fin de promover “intenciones” de compra.

Sin duda alguna que la actitudes pueden cambiar, de manera mucho más fácil que los valores por ejemplo, lográndose esto a través de un nuevo aprendizaje o re-aprendizaje (condicionamiento, imitación, aprendizaje cognitivo) sobre el objeto de la actitud. Si usted ha modificado su opinión negativa sobre alguien, a raíz de nueva información que recibió de aquella persona (en forma directa o indirecta) , habrá vivido el proceso de modificación o cambio de actitud. También podemos modificar las actidues de los demás a través de la persuasión, la que veremos más adelante.
Atención especial requiere un fenómeno importante, descrito por el psicólogo León Festinger en 1957, que se da en el campo de las actitudes; la llamada disonancia cognoscitiva, la que está referida a un particular estado sentido de tensión interno cuando una persona tiene dos actitudes o pensamientos que se contradicen entre sí, o cuando una persona se comporta de manera diferente a cómo piensa o cree. Se produce entonces un estado de desequilibrio y el individuo estará motivado a reducir dicho desequilibrio. De lo anterior se concluye que alguien, que por “x” circunstancias es obligado a comportarse de una manera diferente a cómo piensa, terminará acomodando sus pensamientos de manera consonante con su conducta y viceversa, además probablemenete caiga en una exposición o percepción selectiva de la información para mantener el equilibrio cognoscitivo. La disonancia cognoscitiva es una alternativa posible de aplicar para favorecer el cambio de actitudes en las personas.

El prejuicio es una actitud, que generalmente asociamos a elementos negativos como la discriminación, que va acompañado de sentimientos negativos hacia alguien (o algo) y que se sostiene sobre creencias estereotipadas, es decir concepciones generales y simples en las que basamos nuestro comportamiento hacia esa person, filtrando inconcientemente o percibiendo selectivamente la información de manera que se ajuste al prejuicio. Algunas de la actitudes que pueden provocar conflictos son:

- Ordenar, dirigir, mandar o imponer.
- Amonestar, amenazar
- Moralizar,sermonear, crear obligación
- Colocarse en posición de aconsejar, monopolizar soluciones
- Persuadir con lógica, argüir, sentar cátedra
- Juzgar, criticar, sentar cátedra
- Interpretar, analizar, diagnosticar
- Interrogar
- Desviar, distraer, bromear con algo

Por otra parte, en los conflictos las partes pueden asumir actitudes diferentes tales como:
- Competir, es decir “ganar” a toda costa
- Acomodarse, es decir “pierdo”, actúo como perdedor y me someto, “tú ganas”
- Evitar el problema, es decir escapar, desconocerlo, pierdo-pierdes
- Cooperar, es decir buscar el “ganar-ganar” yo gano-tú ganas
- Negociar, es decir ceder y ganar por ambos lados, comprometerse en una solución

La Motivación

La motivación es aquello que dirige, activa y mantiene la conducta. La palabra motivación viene de motivo que alude a las metas deseadas que subyacen e inducen el comportamiento. También para entender el proceso o ciclo motivacional hay que referirse a las pulsiones o impulsos que buscan satisfacer las diferentes necesidades que tienen las personas, que corresponden a carencias en el organismo. Existen necesidades orgánicas o primarias: la necesidad de comer, beber, eliminar los deshechos, de descansar, de protegerse del frío o calor; y existen necesidades de orden superior como por ejemplo la necesidad de afiliación ( relacionarse con otros, amistad, agradar, participar de actividades sociales), la necesidad de logro ( obtener una meta, esforzarse por conseguir un logro, buscar la excelencia, trabajar responsablemente) y la necesidad de poder (dominar, controlar a otros, supervisar, influir, persuadir, competir para ganar, exigir, obligar). Otros autores distinguen, como A. Maslow las necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad, necesidades de pertenencia, necesidades de autoestima y necesidades de autorrealización; y explica que la satisfacción de las primeras posibilita la búsqueda de la satisfacción de las siguientes, en una pirámide ascendente.
El ciclo motivacional es un continuo que explica que todos inicialmente estamos en un estado de equilibrio interno hasta que un estímulo externo o interno modifica dicho equilibrio, surgiendo así una necesidad y deseo de satisfacer esta carencia y recuperar el estado de equilibrio para lo cual el individuo se implica en comportamientos de búsqueda de aquello que reduce esta pulsión; si la conducta resulta adecuada y logra satisfacerse la necesidad se recupera el equilibrio interno, en caso de no lograrse surge la frustración que puede derivar en agresión externa o interna, o puede surgir la compensación, esto es, el desplazamiento de la tensión. A modo de ejemplo: estamos inicialmente en un estado de equilibrio hasta que alguien nos habla acerca de lo importante que es contar con un computador, paso siguiente, sentimos la necesidad de tener uno e imaginamos cómo nos resolvería muchas cuestiones, experimentamos un estado de tensión interna que nos impulsa a ahorrar para comprar uno, si no lo conseguimos quizá estemos molestos (con nosotros mismos, o culpemos a otros por los gastos incurridos) y nos “descarguemos” con algo o alguien. Pudiera ser que comencemos a compensar y a pensar que en realidad no me solucionaría mis problemas, o tal vez nos conformemos con asistir a un ciber café.
Las personas se involucran en comportamientos cuando están motivados para ello. La motivación puede provenir desde adentro y hablamos de motivación intrínseca, como por ejemplo el deseo de sentirse competente, exitoso, o de experimentar internamente una sensación de satisfacción consigo mismo; pero también la motivación puede provenir desde afuera y hablamos de motivación extrínseca, es decir, nos comportamos de tal o cual manera debido a que ello nos permitirá tener un incentivo, premio o un reconocimiento. El comportamiento se vuelve más estable cuando procuramos lograr un cambio desde la motivación extrínseca hacia la intrínseca.
Desde el punto de vista del conflicto, es importante señalar que los individuos asisten y participan de instancias grupales debido a que sienten reflejados sus intereses en el grupo y en la agenda abierta del grupo, es decir aprueban y comparten el conjunto de objetivos e intereses declarados, muchas veces escrito y sostenido aparentemente por todos los miembros; sin embargo, pudiera existir algún miembro que posee intereses ocultos, no revelados y persigue objetivos diferentes dentro del grupo, manteniendo así una agenda oculta que impide, retrasa o inclusive puede sabotear los esfuerzos del grupo por conseguir sus objetivos. Es relevante para la solución de los conflictos, reconocer esta posibilidad, favorecer el desarrollo de un clima de confianza genuino que haga más probable conocer y aceptar los diferentes intereses y visiones de las personas, de forma tal que se exterioricen y sean asimilados, considerados, aceptados y/o respetados por el grupo.
Además podemos señalar, respecto de la comprensión de los conflictos personales, que éstos se presentan en individuos que: experimentan necesidades, deseos o valores conflictivos; maneras competitivas de satisfacer una necesidad o deseo; frustración por los obstáculos y discrepancias de papeles; lo que genera distintas motivaciones. Así por ejemplo, quien sostiene necesidades conflictivas trata de satisfacer deseos que compiten entre sí; distinguiéndose el conflicto acercamiento-acercamiento en donde la persona se siente atraída hacia dos objetos seductores, pero sólo puede lograr uno; o el conflicto acercamiento-evitación, en donde se desea algo que tiene ventajas y al mismo tiempo desventajas; evitación-evitación, en donde se está ante dos posibilidades negativas; doble acercamiento-evitación, en el cual hay dos objetos y cada uno tiene aspectos positivos y negativos.


La Percepción

La percepción es la elaboración, interpretación, análisis e integración de los estímulos captados por nuestros órganos de los sentidos; o en otras palabras, es el proceso por el cual el individuo connota de significado al ambiente. La importancia de la percepción deriva del hecho de que nuestro comportamiento en gran medida es un reflejo de la forma en que reaccionamos ante los estímulos provenientes de nuestro entorno y de cómo los interpretamos: para dos persona diferentes el mismo perro, en la misma situación, puede tener el caracter de “mascota” o serle indiferente, mientras que para el otro puede ser una “amenaza” o un peligro.
Un concepto particularmente importante es el de atención selectiva y que consiste en elegir a cuáles estímulos se les prestará atención. Prestamos atención especialmente a aquellos elementos que parecen más significativos o relevantes para nuestras propias motivaciones; así por ejemplo, si tuvimos un día de trabajo “difícil” probablemente lleguemos a casa un tanto más irascibles y cualquier “detalle” puede cobrar una significancia desproporcionada que tensione nuestra relaciones con la familia.
Más áun, desde el punto de vista del conflicto, hay un concepto particularmente relevante, nos referimos a incertidumbre, esto es, la experiencia que tenemos cuando nos enfrentamos a una situación cuyo significado no es claro, creandonos duda e inseguridad. Los efectos de la incertidumbre sobre los individuos en general son negativos, los desorganiza y trastorna ya que no pueden generar una respuesta conductual o cognitiva apropiada. Hay personas que tolerarán mejor esta situación que otros, situación que genera mayor o menor estrés o tensión en el individuo haciendo sus respuestas menos o más adecuadas a la situación, dependiendo de los supuestos que ella realice sobre la situación y de la aplicación a la situación del bagaje de creencias que ha desarrollado la persona. La percepción errada de la situación, por su parte, puede generar un conflicto personal o interpersonal, que conducirá a mayor estrés. Conviene en dichas situaciones presentar elementos estructurantes de la situación, aclarar las informaciones, disminuir la incertidumbre, tolerar y comprender respuestas no tan ajustadas o tal vez ajustar los tiempos, quitando presión extra.


Los Roles

El rol corresponde a un conjunto de patrones conductuales esperados que se atribuye a alguien que ocupa determinada posición en una unidad social. Cada uno de nosotros desempeña no sólo un papel o rol en su vidad diaria, sino a veces varios roles, tanto en el trabajo como fuera de él. Comprender el comportamiento de alguien supone tratar de captar el rol que aquella persona está desempeñando en ese momento. Pues bien, muchos de los roles que desempeñamos son compatibles entre sí, pero pudiera resultar que algunos de ellos entraran en conflicto entre sí; por ejemplo alguien puede desempeñar el rol de vocero de un grupo y por otro lado tener el rol de líder del mismo grupo, papeles ambos que pueden entrar en conflicto a la hora de transmitir una decisión tomada por el grupo versus lo que el líder concibe como lo más conveniente. Otro ejemplo; un miembro y representante de una comunidad religiosa que al mismo tiempo trabaja en un puesto de jefatura en una empresa y se le solicita despedir personal.
Se llama Identidad de rol a aquellas actitudes y conductas compatibles con el rol. Este concepto ayuda a entender por qué las actitudes y comportamientos de un dirigente sindical cambian al ser ascendido dentro de la Organización a un puesto de supervisión, en el cual probablemente comience a respaldar la posición de la empresa más frecuentemente.
Se llama percepción de rol a la idea de cómo uno debe actuar en una situación determinada, en base a lo que creemos debe ser nuestro comportamiento de acuerdo al papel que desempeñamos; piense por ejemplo en las declaraciones bien intencionadas y templadas de las autoridades que están la vida pública.
La expectativa de rol es la percepción por parte de los demás del modo en que uno debe actuar en determinada situación de acuerdo al rol percibido. Cada uno de nosotros tiene una determinada expectativa de rol acerca de cómo debe comportarse un sacerdote, o un carabinero, o un profesor, etc. en una determinada situación. Si las expectativas son generalizadas, se concentran y forman categorías estamos frente a un estereotipo de rol, y así por ejemplo el rol de esposa puede estar estereotipado por un conjunto de comportamientos resultantes de una mirada machista. Las personas pueden aprender rápidamente los estereotipos de rol y conducirse de acuerdo a ellos, quitándo flexibilidad al análisis de cada situación y actuando de manera estereotipada, a veces irracional; piense por ejemplo en posturas rígidas sostenidas contra viento y marea, más allá de un análisis prudente de las circunstancias, y que resultan de comportarse de acuerdo a un estereotipo de rol (guardia de seguridad de un supermercado, por ejemplo)
El conflicto de rol puede surgir producto de la ambigüedad de rol, es decir el ejecutante del rol no tiene claridad respecto de lo que se espera sea su actitud y comportamiento; dispone de una información inadecuada para hacerse una idea clara del rol que se le asigna, bien por ser incompleta, bien por ser interpretable de varias maneras, o bien por ser muy cambiante; esto por supuesto será fuente de estrés y conflicto. El conflicto de rol también puede producirse cuando las expectativas de quienes rodean y de quienes depende y se relaciona la persona, tienen expectativas mutuamente contradictorias respecto de lo que debe ser el actuar del ejecutante del rol; éste conflicto puede resoverse recurriendo a las definiciones del puesto, a las normas y procedimientos presentes en la Organización para ese papel. Otra alternativa de conflicto de rol puede producirse cuando las expectativas apuntan a comportamiento que el ejecutante del rol considera totalmente excluídas de lo que debiera ser su actuación (una secretaria a la que se le solicita enviar información que ella sabe reservada a terceros)


La Toma de Decisiones

Tomar una decisión consiste en decidir un curso de acción para resolver una situación. Desde un punto de vista simple e ideal pero que conviene conocer, uno puede tomar las principales “alternativas” a disposición y que se relacionan con los posibles cursos de acción, listarlos; una vez hecho esto puede establecer algunos “criterios” que considere relevantes (ordenados jerarquicamente) para ponderar las alternativas, en seguida trabaja con una escala, digamos de 1 a 5 (menos atractivo a más atractivo) para aplicar los criterios en dicha escala, sobre las diversas alternativas. La decisión será de esta manera la resultante más o menos objetiva de este cálculo que no es más que analizar friamente distintas alternativas bajo criterios de satisfacción importantes. Por ejemplo; si se quiere decidir dónde el curso debe ir de paseo a fin de año, se pueden listar algunas alternativas o posibles lugares, luego debe considerarse qué criterios serán relevantes a la hora de decidir (costo, distancia, seguridad, acceso, hermosura del lugar, que tenga lugar para bañarse, u otro). Finalmente se pondera cada alternativa con cada criterio, así por ejemplo, el costo para la alternativa X es atractivo, el grado de hermosura no es tan atractivo, la cercanía es atractiva, etc. Las personas si bien no hacen por escrito este ejercicio, si lo utilizan frecuentemente al tomar sus decisiones. Conviene entonces conocer qué criterios están utilizando las personas, cuáles son los más importantes y qué alternativas están visualizando al momento de sostener sus decisiones en el intento de resolver una situación problema.
Un fenómeno interesante de estudiar a la hora de entender el comportamiento de los grupos humanos a la hora de tomar decisiones es el pensamiento de grupo. Este concepto nos habla de aquellas situaciones donde las presiones del grupo para lograr el conformismo impiden al grupo juzgar con espíritu crítico las opiniones originales, minoritarias o poco populares. Este fenómeno alude a momentos en que el grupo ansía tanto llegar a una decisión o acuerdo y lograr la unanimidad que la evaluación realista de otros cursos de acción se desecha prematuramente.
Otro fenómeno que ocurre y que es importante para entender el comportamiento de las personas en grupo es la llamada tendencia inicial del grupo, el que explica por qué a veces los grupos adoptan decisiones riesgosas que los integrantes no hubieran tomado. La discusión inicial al interior revela primero las posiciones más riesgosas y extremas mientras los miembros conservadores dilatan su actuar, la discusión va logrando mayor familiaridad entre los miembros, se aprecia más las actitudes “de avanzada”, el tiempo para decidir se va acabando, sumado a ello se ha encontrado que, al parecer, en grupo se “diluye la responsabilidad” y las decisiones colectivas liberan a los miembros de la decisión final del grupo.
Entre las técnicas de toma decisiones, que buscan optimizar las mismas y superar los problemas mencionados, está la lluvia de ideas, que apunta a generar creativamente varias alternativas posponiendo la evaluación crítica de las mismas para un momento posterior. También está la técnica del grupo nominal, en que cada miembro previamente fija su postura o idea, todos hacen lo mismo, para luego pasar a exponer y presentar cada una hasta agotar las ideas; finalmente se revisan y analizan. Otra es la técnica Delphi, la que es muy parecida a la anterior, pero en la que no se requiere la presencia física de los miembros que dieron las ideas, pueden ser recogidas o trabajadas con anterioridad y el grupo se reúne sólo a trabajar la información recopilada hasta alcanzar el consenso.
La resolución de conflictos muchas veces puede pasar por el acuerdo sobre la técnica que se usará para decidir, o los criterios importantes a considerar; cualquier consenso sobre los métodos conducirá más temprano que tarde a la solución del problema. Piense por ejemplo cuando se acordó la elección del Papa para resolver la situación limítrofe de Chile y Argentina.

El Poder

El poder denota la capacidad de alguien para influir en la conducta de otro, de modo que aquel haga algo que de lo contrario no realizaría. El elemento central en el poder es la relación de dependencia: cuanto mayor sea la dependencia de X respecto de Y, mayor será el poder de Y en la relación, el cual se basa en la percepción de X sobre las opciones y/o recursos que controla Y.
Los individuos pueden obtener su poder de: las posiciones que ocupan, por las características personales especiales que tienen, por el grado de experticia o competencia que tienen en algún área, por estar en el lugar adecuado en el momento adecuado (oportunidad). El poder puede ser ejercido de manera coercitiva, administrando premios, actuando persuasivamente, administrando conocimiento o controlando la información. No obstante lo anterior, los individuos emplean distintas “estrategias “ a la hora de conseguir sus objetivos; se valen de razones, hechos y datos para presentar con lógica sus ideas, recurren a la amabilidad, pueden formar coaliciones; negociar, actuar de manera directa e impositiva para exigir, recurren a la autoridad superior para respaldar su posición, o pueden usar sanciones, premios o castigos. Las tácticas empleadas seguramente dependerán de las fuentes de poder. Finalmente señalaremos que el ejercicio del poder por parte de los miembros de un grupo y/o el poder puesto en acción constituye la política .
No hay quizá otro concepto que en su definición esté mas ligado a la posibilidad de generar conflictos, como lo es el poder, toda vez que se asocia fácilmente a situaciones negativas. Sin embargo, el poder en sí es un instrumento necesario para producir cambios; dotar de poder a quien no lo tiene o reequilibrar las cuotas de poder en un conflicto ayuda a resolverlo. Mientras más desigual sea la distribución de poder, mayor será la posibilidad de una decisión unilateral, no negociada, y la probabilidad de que las diferencias de interés sean suprimidas al ser ignoradas por la parte más fuerte y no poder ser reclamadas por la parte más débil. Resulta clave entonces, en un conflicto hacer un análisis de los poderes en juego; el poder de cada parte en una negociación vendrá determinado por las pérdidas que a cada uno le supone no llegar a un acuerdo con la otra parte (sabiendo que ésta como medida de presión puede emplear su poder y reducir o anular los beneficios que habitualmente le reporta) y los costes que suponen a cada uno aceptar las peticiones y condiciones que la otra parte trata de imponer. En el momento en que el costo que supone aceptar la propuesta del otro, sea superior al costo de una ruptura de la negociación, surgirá ésta irremediablemente, anulándose el poder de la otra parte en la negociación. Resulta interesante el hecho que el poder de negociación es un poder subjetivo, se trata de hacer creer a la otra parte de que controlamos los recursos que necesita.



Las Relaciones Interpersonales, Habilidades de Comunicación y Asertividad

La comunicación es una acto a través del cual dos o más personas se expresan ideas, sentimientos y/o emociones utilizando para ello principalmente palabras y gestos. Se llama Comunicación Verbal a lo que dice la gente, es decir a las palabras y se llama Comunicación No-Verbal a cómo lo dice la gente, es decir qué gestos, tonos y volumen de voz usa la persona al decir algo. Son parte de la comunicación No-Verbal la entonación, la postura física que mantiene la persona al hablar, la distancia del otro, los gestos que hace con las manos y la expresión facial. La comunicación No-Verbal tiende a ser más importante en la práctica que la Comunicación Verbal, porque las personas al dudar acerca de lo que alguien dice, termina guiándose más por la expresión y gestos por sobre las palabras mencionadas. Todos hemos tenido la experiencia de solicitarle un favor a alguien quien dice “bueno, yo lo hago” con un tono y una expresión en el rostro de no querer hacerlo; se producen entonces dos mensajes contradictorios: las palabras dicen “yo lo hago” y el tono y expresión de la cara dicen “no quiero hacerlo”. Quien pide el favor interpreta y se deja llevar por el segundo mensaje... y esto suele ser motivo de discusiones y malosentendidos o conflictos.
Para comunicarse bien es importante que la comunicación verbal y no-verbal coincidan, sean congruentes. También es importante escuchar bien: para ello es necesario dejar de hablar, eliminar cualquier distracción, ser paciente, interesarse en lo que plantea el otro, hacer preguntas que muestren su interés, hacer sentir cómodo al otro y manejar adecuadamente nuestras emociones. La retroalimentación también es muy importante, es decir, decirle al otro lo que uno le está entendiendo para ver si coincide con lo que el otro quiere expresar. Todo aquello que impide una adecuada comunicación se dice que es una “Barrera de la comunicación” por ejemplo el ruido, la falta de interés, la distancia, los prejuicios, la sordera, las suposiciones, etc.

Las relaciones humanas es algo que todos debemos cuidar. Las personas son el recurso más importante de que disponemos. Los profesionales exitosos se esfuerzan en construir relaciones sólidas y duraderas. Es importante establecer contacto personal e inspirar aprecio y confianza. Hacer que la gente se sienta a gusto junto con uno y demostrar interés por los valores del otro
Para construir relaciones mutuamente satisfactorias es necesario aprender a (1) determinar objetivos mutuamente satisfactorios (2) establecer y mantener sintonía no verbal (3) producir en los demás sentimientos positivos.

Incluso es posible desarrollar sintonía emocional con alguien disgustado o estresado: La sintonía es una capacidad natural. La generamos de manera natural de diversas maneras. Es importante reconocer cuándo estamos en sintonía con alguien y cuando no. Cuando la persona está emocionalmente estresada resulta mucho más efectivo alinearse con la emoción que está expresando o manifestando. Muestra que aceptas su emoción y a él tal como es; por ejemplo: “me tienes harto” responder “ parece que estás realmente molesto conmigo y eso me preocupa”, luego será posible evolucionar hacia “puedes sentarte un momento para que conversemos y hablemos de lo que te ha molestado?”

Para mantener y desarrollar mejores relaciones humanas en nuestro entorno, podemos empezar por preguntarnos qué sentimientos estamos produciendo en los demás? Es lo que queremos a nuestro alrededor? Luego será necesario crear sentimientos positivos en los demás; hacer cosas sinceramente que provoquen en el otro una mayor sintonía con nosotros. D. Carnegie, célebre orador y promotor de las Relaciones Humanas, planteó algunas ideas básicas para llevarse bien con el prójimo: interesarse auténticamente en los demás; sonreir; recordar y usar el nombre de las personas al hablar con ellas; ser un buen oyente, alentar a los demás a hablar de sí mismos; hacer que la otra persona se sienta importante y hacerlo sinceramente.

Sin perjuicio de lo anterior, cuando se presentan situaciones difíciles, que nos ponen a prueba y en donde cada uno de nosotros experimenta sentimientos muy fuertes; la asertividad es la conducta que permite a una persona actuar con base a sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales, sin negar los derechos de los otros. La aserción implica expresar pensamientos y creencias en forma honesta, directa y apropiada, sin violentar los derechos de los demás. La base de la aserción es la comunicación mutua, dar y recibir respeto. Actuar de manera no asertiva puede tomar dos formas: postergarse y no respetarse a uno mismo desarrollando una conducta pasiva ante la situación, o actuar agresivamente violentando los derechos del otro. La conducta pasiva resulta en una transgresión de los propios derechos al no ser capaz de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones o al expresarlos de una manera autoderrotista, con disculpas, con falta de confianza, de tal modo que los demás puedan no hacerle caso. Quien recibe la conducta no asertiva puede experimentar también una variedad de consecuencias desfavorables; tener que inferir constantemente lo que está realmente diciendo la otra persona o tener que leer sus pensamientos es una tarea difícil y abrumadora que puede dar lugar a sentimientos de frustración, molestia o incluso ira hacia la persona que se está comportando de forma no asertiva. Por otra parte la conducta agresiva resulta en una defensa de los derechos personales y expresión de los pensamientos, sentimientos y opiniones de una manera inapropiada e impositiva y que transgrede los derechos de las otras personas. La conducta agresiva en una situación puede expresarse de manera directa o indirecta. La agresión verbal directa incluye ofensas verbales, insultos, amenazas y comentarios hostiles o humillantes.

A manera de ejemplo; imagine que usted llega a su oficina y encuentra que un caballero lo está esperando. Se advierte que está enojado y molesto y que tiene las negras intenciones de echarle la culpa (a usted como responsable) de algo que le hicieron. Da la impresión de que está listo para pelear. Actuar de manera no asertiva sería por ejemplo, decirle que tiene razón, antes de enterarse de los hechos, con el propósito de calmarlo; ofrecerle una disculpa y prometerle arreglar las cosas, al tiempo que desearía que todo eso no hubiese sucedido por todo el trabajo que tiene que hacer. O tal vez quedarse frente a él con los ojos fijos en la alfombra y sin decir nada, esperando que se le baje el coraje y se vaya. Pero si usted opta por una conducta asertiva probablemente haga algo como lo siguiente: pedir con calma a la persona que le informe acerca de lo que considera que pasó, para tratar de deducir los hechos y aceptando aquellos que usted sepa que son ciertos; tomando nota del problema y de la información adicional que va a necesitar; diciéndole que comprende que se encuentre molesto y enojado, preguntándole lo que desea que usted haga al respecto y poniéndose de acuerdo con él en la forma de proceder para arreglar las cosas.

La Persuasión y la Negociación

La persuasión es una estrategia para modificar las actitudes de alguien, apuntando fundamentalmente a las cogniciones o pensamientos que sostiene dicha persona; sin embargo para que sea más probable que ello ocurra, la fuente de la información debe ser digna de crédito, confiable, representativa, con habilidades comunicacionales y entregar un mensaje con argumentos a favor y que anticipen los argumentos u opiniones en contra. Los mensajes que invocan el miedo no son efectivos por los mecanismos de defensa que tienen las personas y sí son más efectivos cuando incluyen prácticas precisas para evitar el peligro. También se ha encontrado que el procesamiento que hacen las personas de la informacón puede ser central ó periférico , siendo el primero una interpretación caracterizada por una consideración cuidadosa de los argumentos empleados, mientras que el procesamiento periférico se caracteriza por atender a la fuente del mensaje y a la información general. El procesamiento por vía central produce cambio de actitudes de mayor duración, pero el empleo de celebridades apunta al cambio de actitudes a través de un procesamiento periférico de la información, en donde no se cuestiona la fuente y se atiende al mensaje de manera general.
La negociación es parte de la vida. Frecuentemente estamos tratando de llegar a un acuerdo con alguien acerca de algo de interés común; las personas negocian aún cuando no se enteran de que lo están haciendo. Es algo cotidiano y habitual en todos. Negociar es un medio básico para conseguir lo que se desea de otros; es una comunicación mutua diseñada para llegar a un acuerdo cuando dos personas tienen algunos intereses en común y otros que son opuestos. Se perciben dos formas de negociar, una suave y una dura; el negociador suave desea evitar los conflictos personales y, por lo tanto, hace concesiones de inmediato para llegar a un acuerdo, resultando poco eficaz en la defensa de sus intereses; por otra parte, el negociador duro ve cualquier situación como una disputa de voluntades, en donde la parte que toma las posiciones más extremas y las mantiene firme durante más tiempo, obtiene más. Con frecuencia termina produciendo una respuesta igualmente dura que lo agota a él y a sus recursos, y además daña la relación con la otra parte. Una tercera forma de negociar, la cual no es ni dura ni suave, pero sí ambas a la vez. Se la conoce como el "método de negociación de principios". Consiste en resolver los asuntos por sus méritos y no a través de un proceso tajante enfocado en que cada parte dice qué hará y qué no hará. Sugiere buscar beneficios mutuos siempre que sea posible, y que donde hay intereses en conflicto, éstos se deben resolver en base a los patrones justos e independientes de la voluntad de cada parte. El método de negociación de principios es rígido respecto a los méritos y benigno respecto a las personas. No emplea trucos ni posiciones. La negociación de principios propone cómo obtener lo que se ha propuesto manteniendo la decencia. Le permite ser justo mientras lo protege de aquellos que quieren aprovecharse de esto.
Hay cuatro puntos que definen un método de negociación directo y pueden ser utilizados casi bajo cualquier circunstancia. Cada punto trata con un elemento básico de negociación y sugiere lo que se debe hacer al respecto: (1) Personas: separar a las personas del problema (los participantes deben verse a sí mismos como trabajando lado a lado, atacando al problema, no el uno al otro, caso contrario el ego de las personas se resiente y terminan estancándose o atrincherándose en sus posiciones). (2) Intereses: enfocar los intereses, no las posiciones (Si sólo se tratase de resolver la posición, el resultado sería una interminable serie de explicaciones, excusas y acusaciones, pero al concentrarse sobre el interés, en cambio, las partes podrán reformular su relación interpersonal, comprendiendo los sentimientos del otro y proponiéndose actos en mutuo beneficio) (3) Opciones: generar una variedad de posibilidades antes de decidir lo que se hará (conviene meditar sobre una amplia gama de soluciones posibles que promuevan intereses compartidos y reconcilien en forma creativa los diferentes intereses, o sea, generar alternativas para beneficio común) y finalmente (4) Criterio: insistir en que los resultados se basen en objetivos comunes (el acuerdo debe reflejar alguna base justa independiente de la voluntad de cada uno para el logro del bien común). Dentro de las habilidades de un negociador, está la de Análisis para diagnosticar la situación y reunir información, organizarla y meditar sobre ella, evaluar los problemas humanos de percepciones parciales, emociones hostiles, falta de claridad en la comunicación, como identificar los intereses de las dos partes. También observar opciones ya propuestas e identificar cualquier criterio sugerido como base para un acuerdo; la de Planeación para concentrarse en los cuatro elementos ya descriptos (personas, intereses, opciones y criterios) para generar ideas y decidir qué es lo que se hará y habilidades comunicativas de persuasión y Discusión para, de manera activa y fluída, comunicar los intereses y comprender los de la otra parte, logrando alinear y generar conjuntamente opciones que sean ventajosas para ambos, buscando el acuerdo sobre normas objetivas para resolver los intereses opuestos.

Bibliografía
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G W Allport, P E Vernon & G Lindzey, Study of Values (Boston: Houghton Mifflin, 1951) citado en Comportamiento Organizacional, Stephen P. Robbins, Prentice-Hall Hispanoamericana SA, 1987, pag 96

Robert S Feldman, Psicología con Aplicaciones para Iberoamérica, Editorial Mc Graw Hill, 2da. Edición, 1995 pag 328

Lourdes Munduate J., Inmaculada F.J. Cisneros, Miguel A. Dorado y Francisco Medina Díaz; Evolución de la Gestión del Conflicto y la Negociación en España. Factores Interpersonales y Culturales Rev. Papeles del Psicólogo, febrero Nº72, 1999

Gibson, James L y otros. Organizaciones, Conducta,, Estructura, Proceso. México Mc Graww Hill / Interamericana de México, 1990, p.69
Alvarez, Guillermo La Percepción de la Organización: clave para la comprensión del comportamiento del individuo en la Organización. Revista Interamericana de Psicología Ocupacional Vol 11 Nº 1 y 2, 1992 p.16

 

Relaciones Sociales

GUÍA DE APRENDIZAJE

El Prejuicio

1) Dé al menos 3 ejemplos que ilustren estereotipos

2) Relacione los estereotipos dados anteriormente con posibles conductas discriminatorias que sería factible esperar de aquellos

3) ¿Genera el prejuicio siempre actos hostiles hacia el objeto de esta actitud? Explíquese a través de un ejemplo

4) Investigue y haga un resumen acerca de “El Prejuicio Racial”

5) Investigue y haga un resumen acerca de “El Prejuicio de Género”

6) Busque alguna investigación, estudio o experimento que se haya dentro del ámbito de la Psicología Social y que se relacione con el prejuicio. Resúmalo refiriéndose al autor, año, objeto de estudio, método de estudio, resultados y conclusiones

7) ¿Qué se entiende por sesgo de endogrupo? Relaciónelo al concepto de prejuicio

8) ¿Cómo relacionaría usted la “Conformidad” con “el Prejuicio”?

9) De 3 ejemplos de cómo a veces la sociedad proporciona respaldo institucional o avala prácticas de prejuicio.

10) La personalidad autoritaria puede ser fuente de prejuicios. Explique, relaciónelo y utilice la palabra “etnocentrismo” en esta explicación

11) ¿Puede citar un ejemplo que ilustre el Efecto de Homogeneidad del Exogrupo?

12) Así como vimos en una unidad anterior, las personas suelen caer en el error de atribución fundamental, al tender a atribuir o explicar el comportamiento de acuerdo a factores disposicionales más que factores externos. Algo similar es posible encontrar en los miembros de un grupo respecto de un exogrupo; se produce un Sesgo al servicio del grupo ¿podría explicarlo y dar un ejemplo?

La agresión

13) Dé 3 ejemplos de agresión hostil y de agresión instrumental

14) ¿Si tuviera que defender una postura respecto del origen de la agresión cuál escogería entre; es innata, resultado de la frustración, o aprendida? Escriba varios argumentos, averigue sobre estudios o hechos que avalen su postura

15) Busque y describa una noticia en que aparezca el fenómeno de la agresión. Esboce una explicación desde alguna postura teórica que usted escoja.

16) ¿Es la frustración lo mismo que la deprivación? Discuta y analice lo siguiente: “… cuando la miseria económica fue global durante la depresión de los años treinta, la criminalidad con violencia no era tan notablemente alta. La conclusión a la que llegó en 1969 la Comisión Nacional sobre las Causas y Prevención de la Violencia, fue que el desarrollo económico puede incluso aumentar la frustración, produciendo una escalada en la violencia…”

17) ¿Qué beneficios o recompensas podría identificar en la conducta de agresión?

18) Investigue acerca del círculo de la violencia intrafamiliar y resuma sus conclusiones. Emplee el acercamiento del aprendizaje observacional

19) ¿Cómo se relaciona la pornografía con la violencia sexual? ¿Afecta la agresión sexual hacia las mujeres?

20) Medios de Comunicación (TV) y Agresión: Haga un cuadro resumen con distintos programas durante la semana y clasifíquelos de acuerdo a su contenido agresivo.

Atracción Interpersonal

21) Busque una o dos experiencias o investigaciones clásicas en la literatura, que traten el tema de la atracción interpersonal

22) Indague sobre el amor, el “amor apasionado” y el “amor amigable”

23) El estilo de apego inicial (apego seguro, apego evasivo, apego inseguro) parece establecer las bases para las relaciones futuras ¿Cómo influyen cree usted el estilo de apego que tuvo cuando niño, en sus relaciones?... interesante …no..

 

Unidad RELACIONES SOCIALES

RELACIONES SOCIALES

Hemos visto durante los inicios de este curso el cómo pensamos y conocemos nuestro entorno social; posteriormente estudiamos cómo nos influimos unos a otros. Ahora nos corresponde abocarnos a estudiar cómo nos relacionamos con los demás, unos con otros. Al respecto podemos señalar que nuestros sentimientos y acciones hacia las personas a veces son negativos y a veces positivos. El prejuicio y la agresión son dos aspectos que resultan desagradables en las relaciones humanas y a los cuales la Psicología Social le ha dedicado gran cantidad de investigaciones y estudios debido a su importancia y relevancia en las interacción social. De esta manera ha tratado de responder a preguntas como ¿Por qué no nos agradamos e incluso por qué nos despreciamos, los unos a los otros? ¿Por qué y cuándo nos lastimamos mutuamente? No obstante lo anterior, felizmente las relaciones humanas también están marcadas por aspectos agradables, que también han resultado interesantes de estudiar, y es así como la Psicología Social ha profundizado en temas como la atracción interpersonal e intimidad y en las conductas de altruismo, buscando respuestas a preguntas tales como ¿Por qué nos agradan o amamos a determinadas personas? ¿En qué ocasiones ofrecemos ayuda a nuestros amigos o a los extraños? Finalmente, dentro del área de las Relaciones Sociales resultan particularmente importante estudiar El Conflicto y la conciliación, analizar cómo se desarrolla y qué conocimientos nos aporta la Psicología Social que nos ayuden a enfrentarlos y a resolverlos de manera justa y amigable.

El Prejuicio: El desagrado por los demás

¿Qué es el prejuicio? Es una preconcepción negativa hacia un grupo y hacia sus miembros individuales. El prejuicio nos sesga contra una persona basándose únicamente en que la identificamos con un grupo particular. El prejuicio es una actitud y las evaluaciones negativas que caracterizan el prejuicio pueden originarse a partir de asociaciones emocionales, de la necesidad de justificar el comportamiento, o de creencias negativas llamadas estereotipos. Estereotipar es generalizar y tales generalizaciones pueden tener un germen de verdad. El estereotipo se define como la creencia respecto a los atributos personales de un grupo de personas. Los estereotipos pueden ser excesivamente generalizados, inadecuados y resistentes a nueva información. El prejuicio es una actitud negativa; la discriminación es una forma de comportamiento negativa. El comportamiento discriminatorio, con frecuencia, aunque no siempre, tiene su fuente en actitudes que prejuzgan. Dos formas particulares de prejuicios ampliamente estudiados en la literatura son: los prejuicios raciales y de género.

¿Cuáles son las condiciones sociales que generan el prejuicio? ¿De qué manera la sociedad mantiene el prejuicio?

El prejuicio proviene de varias fuentes puesto que presta varias funciones (Herek, 1986, 1987). Existen fuentes sociales del prejuicio, fuentes emocionales en el origen del prejuicio y, finalmente, fuentes cognitivas del prejuicio. Dentro de las fuentes sociales del prejuicio se sabe que la desigualdad de posición social genera prejuicio, la religión también está relacionada con el prejuicio, el comportarse de manera discriminatoria o siguiendo estereotipos genera también un fenómeno de profecía autocumplida, la pertenencia a grupos y la consecuente identidad social son fuente de prejuicios. Muchas veces la sociedad sostiene los prejuicios e incluso mantiene prácticas de respaldo institucional y formas de segregación.

Aunque el prejuicio se genera por medio de las situaciones sociales, los factores emocionales con frecuencia lo fomentan. La frustración puede fomentar el prejuicio al igual que factores de personalidad, tales como las necesidades de posición social y las tendencias autoritarias. Una teoría, llamada La Teoría Realista del Conflicto de Grupo, afirma que el prejuicio surge de la competencia entre grupos de escasos recursos, ya que la competencia y la obtención de la meta por un grupo genera frustración en el otro. No sólo hay fuentes emocionales en la génesis del prejuicio, también hay fuentes cognitivas del mismo; para entender la estereotipia y el prejuicio, también es útil recordar de qué manera funciona nuestra mente.

¿Cómo influye sobre nuestros estereotipos la manera como concebimos el mundo y lo simplificamos? ¿y cómo influyen sobre nuestros juicios nuestros estereotipos?

El proceso de categorización social nos orienta bastante al respecto: una manera en la que simplificamos nuestro ambiente es “categorizando” es decir organizando el mundo al reunir los objetos en grupos; lo mismo pasa con los seres humanos, quienes clasifican a las personas para simplificar nuestra comprensión ya que si las personas de un grupo son similares, conocer su grupo nos puede ofrecer información útil con un mínimo esfuerzo. Buscamos y tendemos a exagerar las semejanzas dentro de los grupos y las diferencias entre ellos. En este mismo sentido el efecto de homogeneidad del exogrupo señala que la percepción de los miembros del exogrupo es como si éstos fueran más semejantes entre sí de lo que son los miembros del endogrupo: “ellos son semejantes, nosotros somos distintos”. Desde un punto de vista cognitivo, también podemos señalar que los estímulos particulares generan estereotipos más fácilmente; por ejemplo, las personas particulares llaman la atención y su notoriedad puede ocasionar percepciones exageradas de sus atributos buenos y malos; también los casos vívidos y los eventos particulares pueden impactar nuestra mente haciéndonos encontrar correlaciones ilusorias.

Agresión: Lastimar a los demás

La agresión es el comportamiento físico o verbal que tiene la intención de lesionar a alguien. Es posible distinguir entre agresión hostil que es la impulsada por la ira y que se realiza como un fin en sí misma y la agresión instrumental que es un medio para alcanzar otro fin. Al analizar las causas de la agresión hostil e instrumental, los psicólogos sociales se han centrado en tres ideas generales para desarrollar sus teorías: (1) existe un instinto agresivo innato, (2) la agresión es una respuesta natural a la frustración y (3) el comportamiento agresivo es aprendido.

La Teoría del Instinto sostiene que la agresión humana es un comportamiento de naturaleza instintiva, no aprendido y que se manifiesta en todos los miembros de una especie; Freud postuló que aquella es el resultado de redirigir hacia los demás la energía de un impulso primitivo hacia la muerte. Lorenz, quien estudió el comportamiento animal, vio la agresión como un fenómeno adaptativo y no autodestructivo, pero sí consideraba que la energía agresiva era instintiva. Por su parte la Teoría de la frustración-agresión señala que “la frustración siempre conduce a alguna forma de agresión. La frustración es la obstrucción de un comportamiento que se ha dirigido a alcanzar un objetivo. La energía agresiva no siempre explota, a veces puede operar el proceso de desplazamiento, que es la redirección de la agresión hacia un objeto diferente al de la fuente de frustración. Por lo general, el nuevo objetivo es más seguro o más aceptable socialmente. También podemos señalar que al parecer la frustración social tiene su origen en la brecha que hay entre las expectativas y los logros. ¿Por qué no nos sentimos más felices y menos frustrados teniendo en cuenta nuestro mayor bienestar económico? ¿Compra la felicidad el dinero? ¿Por qué si la capacidad de compra se ha duplicado en algunos países desde la decada de los cincuenta, la felicidad resportada por las personas no ha aumentado? La respuesta a tales interrogantes los psicólogos la han buscado en el fenómeno de adaptación-nivel y el cual es la tendencia a adaptarse a un nivel de estimulación dado y, en consecuencia, a tomar nota y a reaccionar a los cambios que se presentan a partir de dicho nivel.

Desde el punto de vista de la agresión como aprendizaje, como un comportamiento socialmente aprendido, las teorías apuntan a que con frecuencia la agresión genera ganancias secundarias. Aprendemos la agresión por aprendizaje social, observando cómo actúan los demás y tomando notas de sus consecuencias. El punto de vista del aprendizaje social de la agresión plantea (según Bandura) que la excitación emocional que tiene origen en una experiencia agresiva motiva a la agresión. Que sea la agresión o cualquier otra respuestas la que en realidad se presente, depende de las consecuencias que hayamos aprendido a esperar. ¿Bajo qué condiciones agredimos? Los factores que “gatillan” la agresión incluyen los incidentes que generan aversión (como el dolor, el calor, los ataques, la aglomeración), la excitabilidad, los medios de comunicación y el contexto grupal (influencias grupales). Hasta aquí cabe preguntarse ¿Podemos reducir la agresión? ¿qué dice la teoría? Algunas respuestas señalan que la catarsis, descarga o el ventilar la ira no va en camino de solucionar la agresión, por el contrario la hostilidad genera más hostilidad. Una alternativa real apunta a usar los mensajes asertivos para la defensa de nuestros derechos; por su parte la Teoría del Aprendizaje Social revela un carácter preventivo, en el cual podemos propiciar un mundo más amable si modelaramos y reforzaramos comportamientos más adecuados que estimulen la sensibilidad y la cooperación desde edades tempranas.

Atracción e Intimidad: el agrado y amor por los demás

Como seres humanos tenemos una necesidad de pertenencia, es decir una motivación para vincularnos con otros por medio de relaciones que brinden interacciones positivas y duraderas. Los factores que favorecen el surgimiento de la atracción: son la cercanía, el atractivo físico, la semejanza y la sensación de agradar. La proximidad es uno de los factores más poderosos que predice si dos personas cualquiera son amigas; la proximidad favorece la interacción y con ello el que las personas exploren sus semejanzas y se conozcan, que sientan agrado la una por la otra intercambiando gratificaciones y que se perciban como una unidad social. Más aún, el simple contacto con todo tipo de estímulos novedosos favorece una mejor evaluación de los mismos si han sido repetidos varias veces, es lo que parecen demostrar los estudios. Si bien los experimentos muestran que el atractivo físico es muy importante desde el punto de vista de la atracción interpersonal, no todo el mundo termina unido a alguien asombrosamente atractivo, los experimentos confirman que hay un fenómeno de emparejamiento, es decir, una tendencia a escoger como compañero a alguien similarmente atractivo a uno y que exhibe otros rasgos que nos resultan atrayentes.

Existe la suposición de que las personas físicamente atractivas poseen también otros rasgos socialmente deseables, algo así como lo que es hermoso también es bueno; a esto se le llama estereotipo del atractivo físico . ¿Pero quién es atractivo?; obviamente es algo subjetivo, que tiene un componente cultural importante; sin embargo se ha visto que el factor simetría del rostro aporta al atractivo físico en las personas y los rasgos faciales no se desvían grandemente del promedio. También hay un efecto de contraste contra el cual comparamos, así por ejemplo se han realizados experimentos con sujetos quienes han visto recientemente escenas de los ángeles de Charlie y luego son llamados a juzgar el atractivo de una fotografía de una joven de otra cultura, éstos emitirán una opinión menos favorable que aquellos que no la vieron; este mismo efecto explica el que personas expuestas reiteradas veces a modelos perfectas y atractivas físicamente encuentren menos atractivas a su pareja..

¿Semejanza o complemento?

La semejanza genera agrado, al menos es lo que muestran los estudios, la semejanza genera satisfacción, se comporten intereses, gustos por la música, por las mismas actividades e incluso por la comida. De esta forma, las diferencias entre las personas parecen generar desagrado, la gente prefiere un político que comparta su pensamiento, valores y puntos de vista. Pero, ¿Se atraen los opuestos? Algún grado de complementariedad puede desarrollarse a medida que la relación progresa; sin embargo, las personas dan la impresión de ser ligeramente más dadas a sentirse agradadas y a casarse con aquellos cuyas necesidades y personalidades son similares. El investigador David Buss (1985) señala “la tendencia de los opuestos a casarse o aparearse… nunca ha sido demostrada con confiabilidad, con la única excepción del sexo”.

El agrado usualmente es mutuo, el agrado que una persona siente por otra ocasiona que la otra le corresponda con su aprecio. Descubrir que alguien llamativo siente agrado por uno, parece despertar sentimientos románticos; los experimentos lo confirman. La Teoría de la gratificación de la atracción señala que nos agradan aquellos cuyo comportamiento nos gratifica o a quienes asociamos con eventos gratificantes. Distinto es el congraciarse, es decir la utilización de estrategias como halago, por medio del cual se busca obtener el favor del otro: la reacción de desagrado se genera aquí, de la atribución de quien percibe la maniobra. También las experiencias y estudios han mostrado que las personas que han sido lastimadas en su autoestima por experiencias previas (deprivadas y ansiosas de aprobación social) tienden a sentir más agrado y atracción frente a un sujeto que aquellas no lesionadas en su autoestima. Esto parece explicar el que las personas a veces se enamoran apasionadamente como respuesta de rebote, después de un rechazo que ha maltratado su ego.

¿Qué es aquello que llamamos “amor”?

El amor apasionado es un estado de intensa añoranza por la unión con otro. Los amantes apasionados se encuentran absortos el uno en el otro, se sienten extasiados al alcanzar el amor de su pareja y desconsolados por su pérdida. Por su parte el amor amigable es el afecto que sentimos por aquellos con quienes nuestras vidas están profundamente entrelazadas.

¿Qué factores influyen en los altibajos de nuestras relaciones cercanas?

Tenemos varios en cuenta como los estilos de apego, la intimidad o revelación de sí mismo, la equidad percibida y el compromiso. El estilo de apego inicial (apego seguro, apego evasivo, apego inseguro) parece establecer las bases para las relaciones futuras.

¿Quiénes se divorcian?

Las tasas de divorcio varían de país en país; las culturas individualistas tienen más divorcios que las culturas comunitarias. Se ha visto que el matrimonio perdura si quienes se casan: lo hacen después de los 20 años, se criaron juntos en hogares estables con dos padres, salieron juntos por un buen tiempo antes del matrimonio, tienen una educación buena y semejante, disfrutan de un ingreso estable que les brinda un buen trabajo, viven en una ciudad pequeña o en una granja, no cohabitaron o llegaron al embarazo antes del matrimonio, tienen un compromiso religioso, son de edad, credo y educación semejantes.

Fuente: Psic Social Myers, 2000

Thursday, November 03, 2005

 

El Liderazgo

El Liderazgo

El liderazgo es el proceso por medio del cual ciertos miembros del grupo motivan y guían al grupo. El liderazgo es importante; en 1910 los noruegos y los ingleses se lanzaron a una carrera épica hacia el polo sur. Los noruegos, guiados de manera efectiva por Roald Amundsen, lo lograron. Los ingleses guiados de manera inepta por Robert Scout, no lo hicieron.

Algunos líderes son nombrados o elegidos formalmente; otros emergen de manera informal a medida que el grupo interactúa. El liderazgo efectivo depende de la situación: la persona más indicada para liderar un grupo de ingenieros no puede no ser la más indicada para liderar un equipo de ventas. Algunas personas se destacan en el liderazgo de tareas organizando el trabajo, fijando estándares y centralizándose en el alcance de ogros. Otros sobresalen en el liderazgo social, estimulando el trabajo en equipo, mediando en conflictos y brindando apoyo.

Los líderes de tareas por lo general tienen un estilo directivo; el estilo que puede funcionar bien si el líder es lo suficientemente inteligente como para impartir órdenes adecuadas (Fiedler;1987). Estando orientados hacia la obtención de metas, tales líderes mantienen la tensión y esfuerzo del grupo focalizados en su misión. Los experimentos demuestran que la combinación de metas específicas y desafiantes con los reportes de un progreso periódico sirven para motivar la obtención de altos logros (Locke y Latham,1990).

Los líderes sociales por o general tiene un estilo democrático; estilo que delega la autoridad, acepta con complacencia los aportes de los miembros del equipo y ayuda a prevenir el pensamiento grupal. Muchos experimentos revelan que tal liderazgo es adecuado para mantener la moral. Los miembros del grupo se sienten más satisfechos cuando participan en la toma de decisiones (Spector, 1986; Vnderlice y cols., 1987). Al otorgárseles el control de sus propias tareas los trabajadores también se sienten más motivados para la obtención de logros (Burger, 1987). Quienes dar valor a un ambiente agradable dentro del grupo y se sienten orgullosos por la obtención de logros, prosperan por consiguiente bajo un liderazgo democrático.

El liderazgo democrático puede verse en acción en muchos negocios encaminados hacia el manejo participativo, un estilo administrativo común en Suecia y en Japón (Taylor, 1990; Sundstrom y cols., 1990). Irónicamente, una influencia importante en este “estilo japonés” de administración fue el psicólogo social del MIT. Kurt Lewin. En experimentos realizados en el laboratorio y en las fábricas, Lewin y sus estudiantes demostraron los beneficios de invitar a los trabajadores a participar en la toma de decisiones. Poco antes de la segunda guerra mundial, Lewin visitó al Japón y explicó sus hallazgos a los líderes industriales y académicos (Nisbett y Ross, 1991). La cultura colectivista del Japón brindó una audiencia receptiva para las ideas de Lewin respecto al trabajo en equipo. Eventualmente su influencia regresó de nuevo a Norteamérica.

La antes popular teoría de liderazgo de la “gran persona” (que todos los grandes líderes comparten ciertos rasgos) ha caído en descrédito. Ahora sabemos que los estilos efectivos de liderazgo varían con las situaciones. Quienes saben lo que hacen, pueden resentir el liderazgo de tareas, mientras que los que no saben, pueden darle una buena acogida. A pesar de llo, recientemente los psicólogos sociales se han preguntado nuevamente si pueden haber cualidades que distingan a un buen líder en muchas situaciones (Hogan y cols., 1994). Los psicólogos sociales británicos Meter Smith y Monir Tayeb (1989) reportan que estudios efectuados en la India, Taiwán e Irán han encontrado que los supervisores más efectivos en las minas de carbón, bancos y oficinas gubernamentales tienen altas puntuaciones en los tests tanto de liderazgo de tareas como de liderazgo social. Tales personas se preocupan activamente por la manera como progresa el trabajo y son sensibles a las necesidades de sus subordinados.

Los estudios revelan que muchos líderes efectivos en grupos de laboratorio, equipos de trabajo y grandes corporaciones, presentan formas de comportamiento que sirven para hacer que el punto de vista de la minoría sea persuasivo. Tales líderes generan confianza al mantenerse constantemente fieles a sus objetivos. También con frecuencia transmiten un carisma de confianza en sí mismos que despierta la lealtad de sus seguidores (Bennis, 1984; House y Singh 1987). De manera típica los líderes carismáticos tienen una visión convincente respecto a algún estado de cosas deseado, la habilidad para comunicarlo a los demás en un lenguaje simple y claro y el suficiente optimismo y fe en su grupo como para inspirar a que los demás los sigan. No es entonces sorprendente que las pruebas de personalidad revelen que los líderes efectivos tienden a ser extrovertidos, enérgicos, concientes de lo que hacen, agradables, estables emocionalmente y con confianza en sí mismos (Hogan y cols, 1994).

Para asegurarse, también los grupos influyen en sus líderes. Los candidatos políticos saben cómo interpretar las encuestas de opinión. Un líder que se desvía de manera demasiado radical de los estándares del grupo puede ser rechazado. Los líderes inteligentes, por lo general, permanecen con la mayoría y emplean su influencia de manera prudente. Sin embargo, los líderes individuales efectivos pueden a veces manifestar un tipo de influencia de la minoría movilizando y guiando la energía de su grupo.
En raras circunstancias los rasgos adecuados combinados con la situación correcta conducen a la grandeza que hace historia. Cuando una conveniente combinación de inteligencia, destreza, determinación, confianza en sí mismo y carisma social se encuentra con una oportunidad extraordinaria, el resultado es a veces un campeón, un premio Nobel, o una revolución social.

 

Conformidad y Obediencia 2

CONFORMIDAD Y OBEDIENCIA

En los grupos sociales ocurren muchos procesos destacándose los de socialización, creación de normas, presión hacia la obediencia y la conformidad, presión a cierto nivel básico de homogeneidad, el establecimiento de mecanismos de solidaridad, cooperación o competencia así como el establecimiento de categorías y clases sociales, entre muchos otros. La Psicología Social surge precisamente para estudiar y conceptualizar esa relación individuo-sociedad en todos sus aspectos (Blanco, 1987, citado en Sánchez, 2002).

Dos procesos sociales serán atendidos en este artículo: la presión hacia la obediencia y la presión hacia la conformidad. Suponen, en su descripción, que los miembros de un grupo social deben ceder cierto nivel de derechos personales para que prevalezcan otros de naturaleza grupal. En ello se manifiesta la tradicional controversia dicotómica del "individuo versus el grupo social" pues los beneficios de la mayoría deben ir sobre-impuestos a los personales. Ambos conceptos, obediencia y conformidad social, sugieren un nivel intrínseco de conflicto inevitable entre el individuo y su sociedad, aún en su grado más mínimo, pues establecen "ipso-facto" que ser miembro de cualquier grupo social humano conlleva cierto nivel explícito de subordinación y acatamiento a las normas establecidas que pueden, o no, ser voluntariamente escogidas.

Presume, además, que los beneficios del colectivo satisfacen en igual medida a todos los miembros del grupo, lo cual no necesariamente es cierto. Muchas veces la obediencia se manifiesta como conducta y actitud de conformismo; otras veces ocurre como reacción a mecanismos más complejos de la estructura social como son la marginación, la estratificación en clases y la presión social. La conformidad de los miembros no siempre garantiza que el grupo social retribuya su sacrificio personal con beneficios reales, lo cual incrementa la tensión entre individuo y sociedad. Aunque obedecer y conformarse son muchas veces usados como sinónimos no se refieren a un mismo proceso. Sobre esto se abundará más adelante.

De otra parte, ha existido la idea de que los grupos sociales dominan la mente individual convirtiendo al ser humano en un ente pasivo, casi monigote, ausente de sus propias ideas, controles e iniciativa a favor de una mente grupal o colectiva. Esa presunción postula subordinación "automatizada" del individuo al dominio del grupo. Varias teorías y estudios clásicos, tanto en la Psicología Social como en la Sociología, han sugerido que el ser humano es tan conforme y maleable que pareciera desaparecer como entidad individual para ser absorbido por la otra identidad, la societal. Lebon (1895) fue uno de los más extremistas en esta postura ideológica, planteando que el ser humano no puede menos que degradarse al vivir en grupos, particularmente cuando participa de las muchedumbres. Además, la continuidad, la autoconciencia, la interacción, las tradiciones, las costumbres hacen que surja "el espíritu grupal" que a su vez crea "la mente grupal". En ambas, el individuo queda a merced de esas fuerzas sociales, para bien o para mal.

Vivir en sociedad, sin embargo, es indispensable e inevitable. La inserción del individuo al grupo es fundamental (Cooley, 1979). Es así como cada grupo establece sus mecanismos, procesos y controles sociales hacia el individuo que inician en la socialización primaria. En esta, el aprendizaje sobre la obediencia y el conformismo pueden llegar a ser exigencias muy altas. Considerarlos como valores y virtudes conlleva ser reforzados por instituciones como la familia y las organizaciones sociales.

No se nace conforme ni obediente, sin embargo ambas son conductas actitudinalmente aprendidas. Dependen, fundamentalmente, del estilo de crianza al que son expuestas las personas. En nuestras culturas latinoamericanas, por ejemplo, los adultos tienden a criar con actitudes de sobre-protección fomentando el desarrollo de personalidades de mucha dependencia emocional y mucha conformidad como virtud de "buen hijo/a". La conducta social que se espera de los miembros de un grupo va dirigida hacia las cosas que "debe hacer todo el mundo". Se enseña desde la infancia que obedecer es una forma positiva de conducta. Esto significa que muy temprano en el desarrollo se aprende la conveniencia de acatar valores, tradiciones, costumbres, hábitos y conducta mediante la obediencia de normas y guías sociales.

También se refuerza la actitud de aceptar o conformarse con cierto orden social, a veces llamado
universal y "natural". Es muy poco probable, pues, que no se enseñe a obedecer; en algunos casos querrá decir sumisión obediente. Se presume que no hacerlo sería fomentar problemas de adaptación al grupo y al orden social. Sin embargo, pueden darse fenómenos extremos, como en el caso del "hiperpaternalismo", que fue estudiado inicialmente por el periodista del New York

Times, Andrée Aelion Brooks, en una investigación que le tomó un año y en la que fueron entrevistados 60 padres, 80 psicólogos y educadores y sobre 100 menores escolares. Los resultados fueron publicados en el libro "Hijos de padres de la vía rápida" en donde explica sus observaciones y advertencias sobre este tipo de crianza en Estados Unidos. Posteriormente, el psicólogo norteamericano Alvin Rosenfeld estudia el fenómeno también, concluyendo que las exigencias de estas crianzas crean problemas psicológicos en niños/as a los que no se les permite tiempo de juego sacrificando así su desarrollo de la creatividad personal.

"Los expertos hablan de una nueva forma de crianza que los tiene preocupados. La llaman hiperpaternidad. Busca educar hijos perfectos, preparados para la exigente competencia y con dominio de la mayor cantidad de habilidades. Estos niños siempre están llenos de actividades extracurriculares y casi sin tiempo libre para jugar"

De otra parte, no es la familia la única institución que fomenta la conformidad, sino que también "una fuerte presión hacia la conformidad interna es una parte integral de la vida organizacional" lo cual es premiado como virtud del/la buen/a empleado/a. Se reconoce que llevado a extremos puede generar problemas de incompetencia generalizada laboral, pero aún así se estimula.

"Uno de los deberes de los dirigentes del sistema es de canalizar esta presión hacia el conformismo en lo que es competente y productivo, volteándola de lo que es inapropiado y obstaculizador. El grado al cual todos los miembros del sistema, desde los más altos funcionarios hasta los más subordinados, se involucran en este proceso de canalización de las tendencias conformistas en lo que conviene al sistema, provee un buen índice de la probabilidad de la existencia de la incompetencia dentro de la organización. "

Comencemos, pues, con las definiciones y conceptualizaciones que han sido realizadas sobre el conformismo social.

La conformidad tiene diversidad de definiciones en los diccionarios. Lo mismo puede ser sinónimo de adecuacidad que de similitudes; simetría o proporción entre las partes que componen un todo; adhesión total de una persona a otra; tolerancia y sufrimiento en las adversidades; consentimiento; resignación; sufrimiento; paciencia . Puede ser definido como el grado en que los miembros de un grupo cambian sus puntos de vista y actitudes a favor de los del grupo, por vía inconsciente o por presión de grupo

Conformidad puede ser definida como una conducta aprendida en relaciones entre dos personas, donde una sume el rol de controlador/a de la relación, en tanto que la otra persona asume el rol de controlado/a. (Bornstein, 1992). En esta definición se describe una forma de mantener relaciones donde la conformidad, la pasividad, la complacencia y la falta de afirmatividad propia son las formas positivas para fomentar la dependencia en algunos individuos, una forma muy eficaz de sostener un orden social de distribución asimétrica del poder.

Conformidad no significa obediencia o sumisión automática, según algunos teóricos modernos, pues "se niega que la conformidad implique inexorablemente una función adaptativa (Kelley y Shapiro, 1954)" resultando importante el estudio de los procesos de influencia social a la par que los procesos de conformidad, ya que la influencia social, según Perez y Mugny (1985) puede ser definida "como regidores de las modificaciones de todo tipo de respuestas (percepciones, juicios, opiniones, comportamientos, etc.) observables en el individuo, cambios de respuestas originadas por el conocimiento de las respuestas (percepciones, juicios, opiniones, comportamientos, etc.) de otro(s) individuo(s)"

Deutsch y Gerard (1955), definieron conformidad como el resultado superficial, estratégico y temporal de la necesidad de aceptación del grupo, ya que se busca no ser excluido o rechazado modificando opiniones y conductas solo en la medida en que se necesita funcionar en un acuerdo común con el grupo.

"...la tendencia a llegar a un acuerdo con el grupo es una exigencia dinámica de la situación. Se funda principalmente en una concepción clara y razonable de las condiciones: cada cual supone que ve lo que los otros ven. Partiendo de ahí, todo individuo espera aproximarse al grupo. Este esfuerzo, lejos de tener su origen en una tendencia ciega a la imitación, es producto de exigencias objetivas"- Asch, 1952.

La conformidad social es, resumiendo, un cambio de conducta que ocurre posterior a alguna forma de presión verbal o no-verbal ejercida por el grupo de forma real o imaginaria para el sujeto. No debe confundirse con complacencia, que es un cambio de conducta como resultado de una petición directa, ni tampoco debe ser usado como sinónimo de obediencia que es un cambio de conducta que surge como resultado a la presión que ejerce alguna figura de autoridad.

¿Por qué se estudia la conformidad? Es una forma de conducta que se manifiesta no solo como un rasgo intra-personal sino también en grupo. Es, además, una forma de evaluar la influencia social ya que la conformidad es un ajuste adaptativo que hace el individuo ante alguna forma de presión, percibida o real, del grupo. Sobre todo, se debe estudiar la conformidad, porque forma parte del repertorio de respuestas que ocurren en la interacción social cuyas consecuencias permite, sostiene y perpetúa la asimetría de relaciones de poder.

Las diversas conceptualizaciones sobre el conformismo han mostrado equivalencias teóricas con otros conceptos de la Psicología Social. Es así como en el pasado conformidad fue sinónimo de influencia social y se trataba como tema mecánico y automatizado. La influencia social fue definida como la búsqueda de "la adecuación del individuo al grupo al que pertenece, ejerciendo, por tanto, una función de control social (tanto en el sentido de vigilancia como en el sentido de dirección y de intervención reguladora). (Ibáñez, 1982)." Esto fue llamado el sesgo de la conformidad por Moscovici y Faucheux (1972) basados en un experimento, titulado "Azul-Verde" (1969) en el cual se proyectaron diapositivas azules ante grupos formados por dos cómplices y cuatro sujetos. Los cómplices afirmaban de forma unánime y consistente que las diapositivas eran verdes y los 4 sujetos terminaron cambiando su respuesta en una relación de 8.4 % . Conformidad fue definida por Moscovici (1985) desde una perspectiva funcionalista como:

"...el comportamiento del individuo o del grupo tiene por función asegurar su inserción en el sistema o en el ambiente social. En consecuencia, puesto que las condiciones a las que deba adaptarse el individuo o el grupo están dadas, la realidad se describe como algo uniforme y las normas se aplican a todos por igual. Así tenemos una definición casi absoluta del desviante y del normal. La desviación representa el fracaso en la inserción dentro del sistema, una carencia de recursos o de información en lo concerniente al medio social. La normalidad, por su parte, representa un estado de adaptación al sistema, un equilibrio con el medio social y una estrecha coordinación entre ambos. Desde este punto de vista privilegiado, el proceso de influencia tiene por objeto la reducción de la desviación, la estabilidad de las relaciones entre individuos y de los intercambios con el mundo exterior. El proceso de influencia implica que los actos de aquellos que siguen la norma son funcionales y adaptativos, mientras que los que se apartan de la norma o van contra ella son considerados como disfuncionales y no adaptativos"

Otras de las equivalencias al conformismo ha sido el proceso de la obediencia social, concepto cuya definición estuvo determinada por los estudios de Asch (1952) y Milgram (1974), particularmente por el segundo con sus experimentos sobre obediencia ante la autoridad.
"Al ser la obediencia un proceso de influencia producido por la presión social de la autoridad, ha aparecido constantemente ligada a la conformidad, ya que ésta se produce por la presión social de las mayorías, siendo consideradas ambas modalidades de influencia como formas externas de control social. La obediencia se produce cuando un individuo o grupo modifica su comportamiento a fin de someterse a las órdenes directas de la autoridad. La investigación sobre la obediencia ha quedado ligada a Milgram (1974), con todo el impacto que ha supuesto en las Ciencias Sociales, en general, y en la Psicología Social, en particular.

Las dificultades principales de muchas de las concepciones sobre el conformismo radican en la diversidad de definiciones sobre el proceso de la conformidad social así como la confusa equivalencia entre conformismo, facilitación social, influencia social, y obediencia. La segunda dificultad y crítica es relativa al concepto que nos presentan de ser humano, uno que no es sino un objeto-sujeto de la presión de los demás.

Por esto, dentro de la Psicología Cognitiva Social, así como en el Postmodernismo, se busca una nueva actitud para entender y manejar los procesos de la conformidad social. Como bien señala Pablo Freire, una nueva pedagogía liberadora debe ayudar a re-conceptualizar esquemas teóricos mecánicos que solo sirven para mantener el estado tradicional y desigual de las cosas. Estas deben partir del reconocimiento de que en el ser humano existen (a) diferentes cogniciones, diferentes formas de conocer, de construir conocimientos, de producir y legitimar concimientos; (b) comportamientos que alteran la neutralidad de las interacciones tradicionales quebrando los dispositivos de control y desequilibrando las relaciones de fuerza y poder establecidas; y (c) un papel activo en el ser humano en cuanto a sus representaciones, los constructos simbólicos, y los imaginarios. (Ghiso, 1998)

Sobre el conformismo social se han hechos diversos estudios a través de los años y se han elaborado algunas conceptualizaciones teóricas. Es necesario, primero, reseñar brevemente algunos de los estudios/ teorías clásicos.

Particularmente importante, en la Psicología Social tradicional, resulta el estudio sobre conformismo de Salomón Asch (1958) en el cuál encontró que hasta un 75% de los sujetos podían dar intencionalmente respuestas equivocadas para coincidir con las respuestas de otras personas. Su estudio confirma la hipótesis de que la necesidad por la aprobación social es de tal magnitud que las personas ceden sus verdaderas opiniones- aún a conciencia de que están diciendo un error o un disparate- para pertenecer y no ser rechazados socialmente.

Interesante también es la teoría elaborada por David Riessman (1950) donde categorizaba las reacciones al conformismo en tres tipos: las personas dirigidas desde la tradición, las personas dirigidas desde la conciencia moral, y las dirigidas desde los otros. La primera categoría describe a un ser humano totalmente controlado por las creencias y costumbres de su sociedad que bajo presión social determinan su conducta. La segunda categoría sostiene que se internalizan los ideales morales en la familia que luego funcionan como mecanismos de presión hacia la obediencia. La tercera categoría establece que la reacción de los demás (la reputación, el chisme, la percepción social, la imagen) hacen que nuestra conducta tienda a ser una de complacencia en la que se persigue impresionar bien a los demás.

Herbert Kelman (1972) establece tres formas, o sub-tipos de conformidad: complacencia (conformarse públicamente pero conservando en privado las ideas propias), identificación (conformarse, en público y privado, mientras se es miembro de un grupo, pero no cuando se deja al grupo) e internalización (conformarse pública y privadamente, tanto cuando se es miembro de un grupo como cuando se deja el grupo) .

Finalmente, los experimentos de Stanley Milgram (1974) sobre obediencia social y conformismo reforzaron la idea de que los individuos tienen razones sociales para obedecer a las figuras de autoridad, inclusive aún cuando en la obediencia se le haga daño a otras personas, tal y como fue el caso de muchos soldados en la Segunda Guerra Mundial, situaciones que fueron parte de sus estudios, tesis y publicaciones.

La literatura de la segunda mitad del Siglo XX y principios del Nuevo Milenio nos reporta otros estudios, teorías y conceptualizaciones sobre conformismo social, particularmente en América Latina. La Psicología de Ignacio Martín-Baró (1985), desde El Salvador, nos identifica como meta de la Social la necesidad de ayudar a desmitificar las visiones tradicionales y explotadoras sobre el conformismo social y otros procesos sociales. La conciencia se transforma, histórica y dialécticamente, por lo que no es correcto asumir que el ser humano responde mecánicamente a conductas acondicionadas. Con este tipo de enfoque no reconocemos el valor intrínseco y activo de la mente humana. Para entender bien el fenómeno del conformismo entonces hay que entender y estudiar el efecto de la ideología que afecta e infunde actitudes conformistas no solo al pueblo sino también al científico social. De forma similar nos dice Maritza Montero:

"Es la presencia de la ideología la que permite que una joven mujer, con cinco hijos menores de 7 años, que vive en una humildísima vivienda, construida con materiales de desecho, colgando de un cerro (de caracas), de reducidas dimensiones; desprovista de casi todo lo esencial, responda a una pregunta sobre cuales son las condiciones de su barrio, y después de pensarlo bastante, responda diciendo que no los hay, que todo esta bien como está, pues tiene un techo bajo el cual cobijarse y su marido esta trabajando. Todo esta bien, perfecto? (Montero, M., 1980/1991)

Es un reto para la Psicología Social estudiar las viejas y nuevas formas de conformismo, puesto que con cada época histórica se hace necesario revisar las diversas manifestaciones de un evento de conducta. Moscovici (1985) decía que existen tres formas de reacción a la influencia social: (a) el conformismo, (b) la normalización, y (c) la internalización. El conformismo es "la aceptación de una norma dominante", en tanto que la normalización es "una presión ejercida recíprocamente, que se traduce en una norma de juicio aceptable para todos" y la internalización se refiere a "influencia impulsada por un individuo o una minoría cuyo resultado consiste en crear nuevas ideas, modos de pensar o comportarse, o bien modificar ideas recibidas, actitudes tradicionales, antiguos modos de pensar y actuar".

En todo grupo social existe el cambio, pero sociológica y antropológicamente podemos observar como, de forma muy paradójica, los grupos sociales tratan de evitar, minimizar, controlar y castigar los cambios sociales. Fomentar el conformismo es una constante en toda sociedad porque su función es eliminar, precisamente, posiciones desviadas que puedan amenazar la estabilidad, la cohesión, la seguridad y la homogeneidad del grupo. Se observa que aquellos grupos que son más conformes muestran menos actitudes hacia la crítica, mayor resistencia al cambio social, y mayor uniformidad de opiniones afectando muchas veces la creatividad tan necesaria en la búsqueda de soluciones a problemas. No todos los miembros de un grupo social se conforman en un mismo grado. Algunos muestran una aceptación pública aunque mantienen sus propios criterios y su desacuerdo en privado solo para minimizar o evitar el conflicto que supone el desacuerdo. A esto se le ha llamado "conformismo simulado" y comparte algunos elementos de conducta con lo que Freire llamaba "la ideología del silencio" pues ambos dejan una impresión pública distinta a lo que en privado las personas piensan. Otros pueden asumir formas de conformismo abierto ante situaciones sociales, como el empleo y el estudio, donde la frustración, entre jóvenes de diversos países, ha llegado a tantos extremos que parecen haber optado por no trabajar ni estudiar, desapareciendo en ellos el "vínculo educativo" y laboral .

También puede ocurrir que una minoría comience a romper con la conformidad, la complacencia y la sumisión, mediante procesos de actividad cognitiva analítica que dé inicios a innovaciones que pueden comenzar a ejercer presión sobre la mayoría conforme. En esta reacción está la semilla del cambio social.

No obstante, no todo cambio social se aleja del conformismo sino que a veces cambia hacia nuevas formas de manifestación del mismo fenómeno. Por ejemplo, vivimos en una época donde se describe al ser humano como uno activo que toma decisiones, pero a la vez, donde todo se dirige hacia el valor de una cultura de lo liviano. Esta nueva mercadeada actitud aplica tanto a productos y objetos como a la actitud que puede asumirse ante la educación, las relaciones sociales, las ciencias y la visión general de mundo convirtiéndose en un estilo, o prototipo, de vida en algunas sociedades.

"El mundo light siempre ha existido, pero nunca alcanzó las magnitudes presentes en un desarrollo que permite ver su imparable crecimiento a niveles todavía mayores. Ahora todo tiende a ser leve y liviano, pero ya no visto como criticable o superficial sino como valioso, digno y necesario, como un avance de lo moderno que permite estar y vivir mejor o con menos problemas. Lo light aparece en todo, y muchas veces con títulos y anuncios que lo destacan: en alimentos y bebidas, en literatura (los llamados best-sellers, pero no en los títulos que alcanzan gran difusión y tienen calidad, sino en la hecha intencionalmente con tal fin, absolutamente dominante en publicaciones periódicas), en la también absolutamente dominante programación radial, televisiva y cinematográfica 7, etc."

La estratificación social también mantiene y fomenta el conformismo mediante la enseñanza de valores familiares que responden a la ideología de clases, como vemos en la siguiente descripción:

"Los niños de clase media y alta poseen una mayor racionalidad; su formación se realiza de un modo lógico, coherente y orientado hacia metas valiosas. Todas las decisiones que se toman, al respecto, se inspiran en fines a largo plazo. Los medios utilizados incluyen un conjunto explícito de objetivos y de valores, así como un repertorio estable de recompensas y castigos, (auxiliares). Ello implica que estos niños sean capaces de proponerse fines a largo plazo, imponerse objetivos y sacrificios para conseguirlos. Por último, se les enseña a dominar sus sentimientos (sublimación e inhibición de tendencias instintivas)... Otras investigaciones aportaron aspectos cualitativos. Unas revelaban que los niños de clase social baja tienen menos verbalización; otras apuntaban hacia la menor solicitud de estos niños hacia la actividad mental inteligente. En este sentido la democracia en el hogar y la responsabilidad individual (óptimas en la clase media) parecen estimular el progreso intelectual y el aprendizaje. Por el contrario, el conformismo y la sujeción forzada (típica en la clase social inferior) llevarían a la pasividad intelectual

La Psicología Social norteamericana, por su parte, continúa haciendo sus estudios sobre conformismo dentro de los parámetros conductistas, de forma muy distinta al abordaje que se le está dando en América Latina. A continuación varios ejemplos de estudios típicos:
Un estudio examina cómo las normas de salida del grupo de trabajo afectan el esfuerzo del trabajo cuando están sujetos a supervisión. Un modelo simple del conformismo para agrupar normas reproduce las características numerosas de los esquemas observados y concluye: (a) si hay alguna pérdida de utilidad para los que se desvíen de normas del grupo, entonces los trabajadores restringen su salida cuando están frente a supervisión; (b) los que rompen la tasa están por debajo de la inutilidad media del esfuerzo, y/o están por debajo de los costos medios de desviación de normas del grupo; (c) cualquiera que rompe el índice se desviará por una cantidad grande de las normas del grupo; (d) cuando las presiones de conformarse aumentan, la cantidad de restricción de la salida aumentan; (e) los trabajadores se opondrán cambios en tecnología, porque temerán que se reduzca su paga; y (6) al final de una producción, los trabajadores tienen más probabilidad de aumentar sus salidas substancialmente.

Otro estudio, muy típico y útil par sociedades capitalistas de gran consumismo, desarrolla un modelo en el cual los consumidores compran una buena propiedad para ganar altos dividendos de tal modo que puedan alcanzar una condición socio-económica más alta. En balance, el valor que señala esa propiedad depende del número de consumidores, y el comportamiento de los posibles consumidores es caracterizado por "snobbism" o conformismo. La curva de la demanda del mercado para la rentabilidad de la propiedad puede exhibir una curva positiva si los consumidores son conformistas.

Se investiga la transmisión cultural del conformismo en otro estudio norteamericano. Se demostró que una tendencia mayoritaria era la de adquirir el comportamiento más común exhibido en una sociedad porque esa tendencia aumenta la probabilidad de adquirir creencia y valores adaptativos. El análisis de este modelo indica que la transmisión del conformismo está favorecida bajo una gama muy amplia de condiciones. El análisis también sugiere que hay una relación sinérgica entre la evolución de la imitación y la evolución del conformismo.

En resumen, y con los ejemplos ofrecidos en este trabajo, vemos que la Psicología Social en América Latina aborda el problema del conformismo desde la perspectiva del efecto de la ideología sobre la vida social así como el impacto de la estructura social, en tanto que la Psicología Social norteamericana persiste en su tradición de hacer estudios de acuerdo a visiones instrumentales y conductistas sobre el mismo fenómeno.

El nuevo enfoque sistémico-histórico acogido por la Social Latinoamericana significa no solo hacer reconceptualizaciones distintas sobre el conformismo sino elaborar planes de acción e intervención comunitarias diferentes. El principio medular sobre la capacidad activamente transformadora del ser humano propone dejar en el pasado la visión de que el ser humano es un organismo adaptativo que mecánicamente se conforma al orden social establecido. Propone, en cambio, visualizarlo como un ser que responde a la ideología histórica de su momento lo que determina su conciencia social con capacidad de generar y vivir el cambio social. Educando hacia la liberación sobre las ideologías de opresión, desigualdad social, división de clases, y el mundo en su "status quo", comienza a generarse nuevos conceptos y planes como la activación de la subjetividad comunitaria y personal, la auto-gestión o el auto-desarrollo, así como el "empowerment" o apoderamiento comunal y personal. Todos estos conceptos proponen intervenciones investigativas y de acción comunitaria con una meta de "socializar, como medio de generar conductas que respondan a una proyección activa del individuo en su medio ambiente social" (Montero. M, 1989, citada por Rodríguez Wong, María y Perez Yera, Armando). Sin negar que existen formas patológicas individuales de conformismo, este enfoque se plantea no criminalizarlo ni estigmatizarlo, sino estudiar el inconformismo como una expresión natural que ocurre ante condiciones infra-estructurales de desigualdad e injusticia social. Este objetivo nos hace recordar las palabras de psicólogos existencialistas, como las de Victor Frankel cuando decía: "Una reacción anormal ante una situación anormal se convierte en una reacción completamente normal". El enfoque es esperanzador. Su propuesta es simple, a pesar de su paradójica complejidad: Dejemos de estudiar y tratar al ser humano como un animal conforme y mirémosle en el crisol de su naturaleza activa, promotor de cambios, y a la altura de su real naturaleza de un ser cognitivo

LA OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD COMO OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA

La obediencia a la autoridad es un tema sugerente para la Psicología, no sólo por la influencia que tiene en la vida individual de las personas, sino también por su calado en la organización de la estructura social, legitimada, y que está en la base de las relaciones sociales estables.

Sabido es que la obediencia a la autoridad está basada en el principio de Jerarquía que ha sido exaltado, prioritaria y constantemente, en nuestra cultura porque es uno de sus pilares. Si no se respetase este principio sería difícil que funcionase una sociedad entendida como eficiente según los parámetros actuales del sistema. Esto en un plano general, pero también a un nivel más concreto, el de los individuos, es la obediencia a la autoridad la que permite una buena protección al sujeto. El muy socorrido "obedecía órdenes" protege de responsabilidades y disfraza de "sentido del deber" a posibles impulsos sádicos.

Mucho se ha escrito y debatido sobre el por qué la persona obedece aunque ese acto la sitúe en contra de sus principios éticos o de sus intereses. Un amplio abanico de respuestas se perfilan desde las más diversas disciplinas, pero aquí nos ceñiremos a la de la Psicología preferentemente. Desde la Psicología Profunda, por ejemplo, encontramos sugerentes reflexiones que concluyen que la causa de la obediencia está en el miedo. Miedo a ejercer la ibertad y miedo a la soledad.

Desde la Psicología Conductista se observa que la obediencia es la conducta más reforzada desde la más tierna infancia. En cambio, la desobediencia es la más castigada. Se va creando así, poco a poco, algo similar a un reflejo condicionado hacia la obediencia. Esta situación resulta muy cómoda para toda autoridad pero disminuye la capacidad de independencia (o espíritu crítico) del sujeto, quien resulta limitado para su futura vida adulta.

El enfoque de la Psicología Cognitiva pone el acento en las Ideas Irracionales (creencias erróneas o, al menos, no demostradas) consecuentes al sentimiento de culpa derivado del continuo castigo.

Todas estas respuestas discurren en el terreno de lo psicológico pero también hay tesis biologicistas. Estas teorías consideran la obediencia a la autoridad como una predisposición determinada genéticamente, si bien hay general consenso en cuanto a que siempre, junto a la herencia biológica, hay participación del aprendizaje en toda conducta. Desde aquel enfoque, determinista, se alzan algunas voces que proclaman la bondad de la obediencia por considerar que ha sido favorecida por la selección natural, (dada su utilidad para la preservación de la
especie).

Podría ser interminable la enumeración de interpretaciones o enfoques dirigidos al tema que nos ocupa, pero debido a la necesidad de ajustarnos a la brevedad exigida para este artículo, voy a describir a continuación sólo un' experimento científico, impecable desde el punto de vista metodológico. La investigación fue llevada a cabo por reconocidos psicólogos de una prestigiosa universidad y tuvo gran repercusión social en el momento en que se realizó, al desvelar un aspecto del lado oscuro de la naturaleza humana.

EXPERIMENTO SOBRE OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD DE STANLEY MILGRAM

UNIVERSIDAD DE YALE.

Stanley Milgram
2.1. Descripción del experimento

S. Milgram diseñó esta investigación como consecuencia de la inquietud que le produjo la que había llevado a cabo, unos años antes, un psicólogo social, S. ASCH, sobre presión grupal. Asch encontró una significativa conformidad en los sujetos ya que elegían la respuesta incorrecta (a pesar de darse cuenta del error) por imitar a la mayoría (cómplices del experimentador que cometían el error con premeditación). Los sujetos que elegían la respuesta correcta, desviándose así de la elección del grupo o mayoría, se sentían molestos y "en evidencia".

El diseño experimental contemplaba una serie de experimentos que se alargaron en el tiempo (desde 1960 a 1963) y por los que pasó una muestra superior a las 1000 personas, con manipulaciones en algunas variables para confirmar la consistencia de lo fundamental de los resultados. S. Milgram pretendía medir la obediencia a la autoridad y captar la esencia de la actitud obediente y voluntaria. Naturalmente tuvo que disfrazar el verdadero objetivo del estudio y lo presentó como una investigación que medía los efectos del castigo sobre el aprendizaje.

El primer paso consistió en colocar un anuncio en la prensa local, ofreciendo una paga de 4 ólares, más gastos de viaje, a 500 personas que cumplieran el requisito de tener una edad comprendida entre 20 y 50 años. No había ninguna otra exigencia. La autoridad aquí estaba representada por la Universidad de Yale y ésta, a su vez, por el experimentador, un catedrático serio y distante que sería quien diera las instrucciones (órdenes) a los/as voluntarios/as.
Al voluntario/a se le instruía sobre el castigo que debía aplicar a un sujeto (un contable, rechoncho y amable) que se encontraba en otra habitación, sentado sobre una silla conectada a un generador eléctrico. Tenía sobre su brazo colocado un electrodo y recibiría descargas eléctricas cada vez que se equivocase. El voltaje oscilaba entre 14 y 450 voltios y el experimentador informaba que, aunque las descargas pudieran llegar a ser dolorosas, en ningún caso podrían ocasionar la muerte.

Iniciado el experimento, el sujeto que hacía las veces de profesor/a, debía apretar el pulsador (en total tenía ante sí 30 pulsadores) cada vez que el alumno se equivocaba, provocándole así una descarga eléctrica. Las primeras eran ligeras pero, una vez alcanzados los 120 voltios, el alumno comenzaba a gritar hasta el punto de pedir que lo sacaran de allí. A los 270 el quejido ya era agónico.

Cuando los/as voluntarios/as que hacían de profesor/a dudaban y preguntaban al experimentador sobre si podían abandonar su puesto, el experimentador les urgía, con seguridad a seguir. El resultado fue que la mayoría (alrededor del 63 %) de los sujetos-profesores/as, llegó hasta el final es decir, a descargar 450 voltios. En el transcurso de la pruebas, las reacciones de estos sujetos variaban. Iban desde las risas nerviosas hasta la crispación, temblores y otras reacciones que convertían a las personas, ciertamente presentables del principio, en unos desechos humanos. Pero, a pesar de encontrarse en esta situación, continuaban (más de la mitad de la muestra) en su puesto, haciendo lo que se esperaba de ellos/as. Obedeciendo.

Finalizados los experimentos, se informaba a los/as voluntarios/as de que no se dieron, en ningún momento, descargas reales al alumno y que éste era cómplice del experimentador. Necesario es también decir que todos/as los/as voluntarios/as eran personas normales, es decir, sin patología psíquica aparente ni indicios de que pudiese tratarse de sádicos/as o personalidades psicopáticas.

Como es de suponer, fue grande la sorpresa de la comunidad científica ante los resultados encontrados por Milgram. Las críticas se multiplicaron, tanto por posibles fallos en el diseño experimental como por la falta de ética que se desprendía de la situación humillante a la que se sometía a los/as voluntarios/as. Aún así el experimento fue replicado en Europa y Australia, encontrándose porcentajes todavía más elevados de obediencia al experimentador, hasta alcanzar en algunos casos el 80%. Así pues, a pesar de las críticas (producidas realmente por el golpe a la moralidad), finalmente hubo un reconocimiento al trabajo de Milgram, concediéndole en 1964 el premio de Sociopsicología de la Asociación Americana para el Progreso de la Ciencia.
A pesar del gran revuelo social y el hondo pesimismo sobre la naturaleza humana que se desprendía de este estudio, Milgram publicó sus resultados y las conclusiones más significativas se describen a continuación.

2.2. Conclusiones

1) Cuando el sujeto obedece los dictados de la autoridad, su conciencia deja de funcionar.
2) Cuando el sujeto obedece órdenes, se produce una abdicación de la responsabilidad.
3) Los sujetos obedecen con mayor facilidad cuanto menos han contactado con la víctima y cuanto más lejos se hallan, físicamente, de la misma.
4) Los sujetos con personalidad autoritaria resultan más obedientes que los no autoritarios (clasificados así tras responder a un test de tendencias fascistas).
5) Cuanto más cerca (físicamente) está la autoridad, se obedece más fácilmente.
6) A mayor nivel de formación, menor intimidación produce la autoridad, por lo que se produce una disminución de la obediencia.
7) Mayor propensión a obedecer entre las personas que han pertenecido a las Fuerzas Armadas o instituciones similares, donde es importante la disciplina.
8) No hay diferencias significativas entre hombres y mujeres, si bien las mujeres obedientes se ponen más nerviosas que los hombres obedientes.
9) El Sujeto tiende a encontrar autojustificaciones a sus actos inexplicables.

El propio S. Milgram quedó impactado por los resultados obtenidos en sus experimentos, máxime cuando el pronóstico de que se disponía, era que no se hallaría más de un 1 o 2% de sujetos (que además debían padecer algun tipo de patología no diagnosticada) que llegaran a apretar las palancas hasta el final. Pero ¿qué es lo que hace que el sujeto siga sentado en su silla, apretando las palancas, infligiendo daño a otra persona y además hacerlo voluntariamente?Algunas de las conjeturas de Milgram iban desde la cortesía y compromiso hacia el que se sentían obligados/as para no dañar el experimento, hasta el hecho de que su mente estuviera absorta en los detalles técnicos y no prestara atención a las consecuencias de sus actos.

VARIABLES QUE DISTORSIONARON LOS RESULTADOS

Después de analizar estos resultados encontrados por Milgram, creo que es necesario introducir dos elementos nuevos que él mismo señaló como los distorsionadores de los resultados: 1) Órdenes contradictorias y 2) Ver que otros desobedecen.

1) Órdenes contradictorias. Donde sí encontró que disminuía significativamente la obediencia de los sujetos, fue cuando había más de un experimentador y daban entre sí órdenes contradictorias. La duda sembrada sobre a cuál de las dos autoridades seguir, paralizaba la acción. Es importante en la actitud obediente observar seguridad en la autoridad.
Siguen vigentes en la actualidad las herramientas verbales de los líderes que describiera Le Bon en 1895 en "la Psicología de las masas" y que eran fundamentalmente: la Afirmación, pura y simple, desprovista de todo razonamiento o prueba; y la Repetición porque lo que se repite, aunque sea mentira, finalmente se incrusta en las regiones profundas del inconsciente.

2) Otros desobedecen ó el efecto perturbador del grupo. En el experimento núm. 17, Milgram
introdujo el nuevo elemento : el grupo. El resultado fue el inverso de lo ocurrido en los otros : la mayoría desobedeció cuando observó que lo hacían sus compañeros (de 40 sujetos 36 desobedecieron ). Curiosamente, en el cuestionario que se pasó después de terminado el experimento para preguntarles por ese efecto mimético, los sujetos no dieron ninguna importancia a ese hecho, manifestando que actuaron desobedeciendo por sí mismos, sin tener nada que ver la actitud desobediente de los otros. Los factores que Milgram propuso como decisivos en la influencia del grupo fueron:

- la idea de desobedecer se ve como normal cuando los iguales desobedecen (se ve como algo normal, porque lo hacen otros). Señala Milgram en su epílogo, la gran importancia de este factor y pone un ejemplo : "la deserción de un único individuo tiene mínimas consecuencias mientras pueda ser mantenida en silencio. El gran peligro está en que un solo desertor pueda despertar las conciencias de otros ".
- se dispersa la responsabilidad entre varios.
- consuela compartir un posible castigo.

Es fundamental este hallazgo y Milgram lo desarrolló ampliamente en el capítulo dedicado a los efectos del grupo: "cuando un individuo desea hallarse EN OPOSICIÓN A LA AUTORIDAD, LO MEJOR QUE PUEDE HACER ES BUSCAR APOYO a favor de su postura EN LOS DEMÁS miembros del grupo. En la mutua ayuda que los hombres se prestan, halla el baluarte más fuerte que pueda tener contra los excesos de la autoridad".

Después de analizar los resultados y reflexionar sobre la obediencia de sometimiento, seguimos preguntándonos ¿por qué se obedece voluntariamente aun generando tensión?, ¿por qué es más fácil obedecer que desobedecer?, ¿no estará detrás la agresividad reprimida por la cultura?, ¿cómo se resuelve la tensión producida por el conflicto consecuente con esa obediencia no querida?

CAUSAS DE LA OBEDIENCIA

La base cognitiva de la obediencia está en la sumisión ideológica, es decir, interpretar la realidad desde la perspectiva de la autoridad. A esto se une el hecho de que la persona deja de sentirse responsable de sus actos cuando está obedeciendo y, como consecuencia, libre de culpa. La esencia del proceso de obediencia es que un sujeto se convierte en agente de las órdenes de otro. Y este proceso mental es el mismo para el sujeto de este experimento que para el soldado que dispara contra inocentes en una aldea.

La obediencia se ha incrustado en la conciencia por su larga trayectoria, iniciada en el seno de la familia, verdadera estructura de autoridad, y continuando en la escuela, que educa en el sometimiento. Luego, cristaliza en el mundo laboral, donde el sistema de recompensas perpetúa la estructura jerárquica. Es de una claridad absoluta que la obediencia se premia y se castiga la desobediencia.

Para Milgram, este respeto y obediencia a la autoridad tiene su origen en la necesidad del principio de jerarquía como estructura con un valor de supervivencia: es un factor estabilizador social el reconocimiento del lugar que cada cual tiene en su grupo. La aceptación de la jerarquía y la obediencia a la misma se convierte en factor clave estabilizador. Pero no le da el rango de instinto sino que se lo da a la capacidad que tenemos de obedecer, es decir, disponemos de las estructuras necesarias para desarrollar la obediencia. Así pues, la capacidad de desarrollar la obediencia es evolutiva, al igual que lo es la conciencia, que pone en marcha los ideales morales que protegen de impulsos incontrolados peligrosos para la especie.

Otra explicación diferente la da E. Fromm con el concepto de carácter social, que es la estructura caracterológica común a un grupo. Esta estructura mantiene el funcionamiento de la sociedad cuando los sujetos que la componen logran internalizar el deseo general. Es decir, llegan a conseguir desear lo que es bueno socialmente que deseen. Así, por ejemplo, el sujeto del sistema capitalista debe desear ganar mucho dinero, para lo que será necesario que asuma la creencia de lo bueno que es el trabajo, la disciplina, la puntualidad, el respeto a los superiores... y obedecer. La sociedad produce el carácter social y éste produce ideologías que lo nutren. "El miembro de un pueblo primitivo que depende del asalto y el saqueo a otras tribus, debe tener un carácter belicoso, apasionado por la guerra, la matanza y el pillaje. Los miembros de una tribu pacífica, agrícola, deben ser proclives a la cooperación."

El carácter social es reforzado por todos los medios, especialmente por la familia porque los cinco primeros años de vida son fundamentales. He aquí el resorte que dispara la obediencia.
El sujeto bien adaptado está conforme con el carácter social a nivel consciente. Sólo a nivel inconsciente está insatisfecho. Dice Thoreau en "Walden" que la mayoría de la gente lleva una vida de queda desesperación y que lo que se llama resignación no es más que desesperación confirmada.

La materialización del carácter social en el sistema capitalista es el del consumidor/a, que ha aprendido a engañarse confundiendo variedad de productos en el mercado con libertad de elegir. En esta sociedad fatua y en la carrera por la acumulación de bienes, el/la consumidor/a es igual que los/as que le rodean, es como todos/as, ahuyentando el fantasma de la diferencia discriminatoria. Así el individuo ha renunciado a la temible libertad y se protege sometiéndose a la autoridad.

LA TENSIÓN EN LA OBEDIENCIA

Mecanismos de alivio de la tensión

Siguiendo la reflexión de Milgram, el hecho de provocar daño a un ser inocente viola uno de los principios morales más arraigados y universal, con lo que aparece un conflicto y, consecuentemente, tensión. También pueden aparecer, aunque en menor grado, miedo a la represalia posterior o a la venganza de la víctima.
La tensión producida por el conflicto puede ser amortiguada por los siguientes mecanismos de defensa:

Evasión: el sujeto retira la atención de la víctima y se concentra en la tarea. La víctima queda anulada psicológicamente y el sujeto se transforma en una especie de burócrata ocupado en su parte de tarea, olvidándose del daño que pueda provocar. En la entrevista tras el experimento de Milgram, muchos sujetos relataron que los detalles técnicos de la tarea les absorbía y llegaron a olvidar a la víctima.

Negación: de la realidad. Rechazo de la evidencia transformándola en algo diferente. Algunos sujetos relataron tras el experimento, que estaban convencidos de que las descargas no provocaban dolor.

Subterfugios. búsqueda de trucos que disminuyan la crueldad del experimento pero sin llegar a una ruptura con la autoridad. Algunos sujetos intentaban apuntar la respuesta correcta a la víctima para no tener que administrarle la descarga.

Conversión física: consiste en transformar la tensión psicológica en síntomas físicos, como sudor, temblores, risas nerviosas, etc.
Pero la única acción que puede disolver realmente el conflicto será la desobediencia.

Resolución de la tensión: la desobediencia

Ésta es la acción más difícil. Algunos sujetos eran capaces de manifestar su disconformidad con el experimento pero, aún así, seguían obedeciendo. Y ¿cómo es que, a pesar de ser la única acción que puede resolver la tensión que produce la obediencia es tan difícil desobedecer? Algunas razones son:

- Desobedecer es un proceso complejo: el proceso mental que entraña la desobediencia es mucho más complejo que el de la obediencia. Supone una secuencia que contempla los siguientes pasos: duda interna, manifestación externa de la duda buscando complicidad en la autoridad, miedo al castigo, disensión, amenaza de desobediencia y desobediencia.
- Desobedecer genera sentimientos de culpa: refirió Milgram que los sujetos desobedientes se mostraron muy molestos, incluso con sentimientos de culpa, por haber quebrantado el orden y no hacer lo que se esperaba de ellos. Es decir, el acto de desobedecer supone un proceso más complejo y que, además, requiere una serie de recursos internos (habilidades psicológicas) del sujeto. Desobedecer es como "nadar contra corriente". No obstante, volviendo a la clasificación del principio, si se desobedece una orden, se está obedeciendo a un principio interno superior. Es la dialéctica propia de la obediencia / desobediencia (sometimiento / autoafirmación).
- Desobedecer transgrede reglas de carácter social: porque es una acción que viola las enseñanzas de sometimiento tan arraigadas en el Carácter Social. Para E. Fromm aquí está la verdadera razón de la obediencia ciega. Pero es la sociedad la que moldea el carácter social, no el individuo. Es por eso que éste está alienado. Se cree feliz porque comulga con la ideología nacida del carácter social de la época.

Frente a esa mayoría silenciosa, que ignora la injusticia, existe la posibilidad de la acción individual de no colaboración. Ésta es la base del pensamiento de la No Violencia y una de sus manifestaciones es la desobediencia civil.

OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD

1. ¿Qué es la obediencia? En sentido preciso, obedecer es aceptar y cumplir la voluntad de una
autoridad. La obediencia es el hecho o el hábito de comportarse así. En un sentido más amplio puede llamarse obediencia al acto de cumplir los deseos de otro, aunque no sea una autoridad. En cualquier caso, la obediencia va ligada al hecho de vivir en sociedad.
2. ¿Sólo obedece quien vive en sociedad? Un hombre aislado sólo debe obedecer a Dios y a las leyes que el Señor ha dispuesto en la naturaleza humana. En cambio, quien vive en una sociedad debe ejercitar esa virtud también en la relación con los demás.
3. ¿Es mejor para el hombre la soledad o la sociedad? "No conviene que el hombre esté sólo" La autosuficiencia, tan ligada al orgullo, nos sienta mal. El hombre es un ser social que mejora más fácil y rápidamente con la colaboración de otros hombres (internet mismo es un ejemplo).
4. Tipos de obediencia. Distingamos tres:

Obediencia a la autoridad. Es la obediencia en su sentido más preciso, y es necesaria para la buena marcha de cualquier sociedad. Por ejemplo, es imposible que un equipo gane si nadie obedece al entrenador y todos juegan de delanteros.

Obediencia a los demás. Hacer la voluntad de otro es imprescindible para relacionarse. Quien nunca cede en sus gustos es un tirano que no sabe convivir.

Obediencia de la autoridad. Los súbditos han de obedecer a los gobernantes y no al revés, pero quienes dirigen tampoco pueden seguir sus gustos, sino que han de procurar el bien común, cumpliendo las leyes de Dios y de la sociedad. Sólo será buen gobernante quien sabe obedecer, dominando sus caprichos.

Colaboradores: Alejandro Sanhueza, Angel Lagos, Juan Ramírez, Rodrigo Quezada, César Terán